Agua potable: Un recurso vital para la salud humana y el planeta
El Día Mundial del Medio Ambiente es un día para reflexionar sobre diversas condiciones que afectan al planeta y causan estragos en la calidad de vida de las personas.
En esta ocasión, el tema gira alrededor de la restauración de las tierras, la desertificación y fortalecer la resiliencia ante la sequía. La falta de acceso a agua limpia no es un tema únicamente medioambiental, sino que representa una amenaza significativa para la salud pública.
La crisis del agua potable
La escasez de agua potable es una crisis global que afecta a millones de personas. Según la ONU, más de 2.2 mil millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura. Este problema se intensifica en regiones áridas y semiáridas, así como en áreas cuya infraestructura es insuficiente.
Por otro lado, la desertificación y la seguía son fenómenos que impactan en nuestra vida en diversas dimensiones. Algunas estimaciones indican que, si la desertificación y la sequía continúan por esa ruta, para 2040 uno de cada cuatro niños podría vivir en áreas con escasez extrema de agua. Es importante reconocer la necesidad de conservar, restaurar y usar los recursos de manera sostenible.
Impacto en la salud
La falta de agua potable y saneamiento adecuado tienen un impacto directo a la salud de las personas, propiciando el desarrollo de Enfermedades Diarreicas, como la Disentería y el Cólera. Estas afecciones son las más comunes y, en ocasiones, suelen ser mortales.
El problema de la escasez de agua afecta principalmente a infancias, mujeres y personas en situación de pobreza. Mientras que el impacto en las infancias está orientado al desarrollo de Enfermedades Diarreicas, en las mujeres aumentan las responsabilidades y la carga de trabajo. Las comunidades en situación de pobreza carecen de recursos para poder acceder a fuentes de agua seguras, lo que perpetúa el ciclo de la pobreza y la enfermedad.
La restauración de ecosistemas, una clave para la seguridad hídrica
Algunas actividades como la deforestación y la erosión del suelo disminuyen la capacidad de los ecosistemas para retener agua. Estas acciones agravan el problema de escasez y tienen una participación fundamental en la crisis global.
Una de las recomendaciones para atender esta crisis climática es la restauración de cuencas hidrográficas, bosques y humedales, esenciales para garantizar la seguridad hídrica. Estos ecosistemas actúan como esponjas naturales: absorben y filtran el agua de la lluvia para recargar acuíferos y reducir el riesgo de inundaciones.
Otras formas de intervención efectivas para la restauración ecológica son:
- Reforestación
- Revegetación
- Manejo sostenible del agua
Reforestar áreas degradadas, proteger y rehabilitar humedales, y promover prácticas agrícolas sostenibles son medidas clave para asegurar un suministro de agua limpio y constante.
Enfermedades transmitidas por el agua
La crisis hídrica representa un grave riesgo para la salud en general. El acceso limitado al agua y el ineficiente saneamiento propician la transmisión de enfermedades.
Las Enfermedades Diarreicas, Parasitarias, Leptospirosis y el Cólera son algunas de las afecciones más comúnmente transmitidas por el agua contaminada. Algunas de las consecuencias son la deshidratación severa, malnutrición y, en casos graves, la muerte.
Algunos de los síntomas que indican la presencia de estas enfermedades son:
- Diarrea
- Vómitos
- Fiebre
- Dolor Abdominal
En caso de Cólera, la Diarrea severa puede llevar a una deshidratación rápida y fatal si no se trata a tiempo. Las Enfermedades Parasitarias, como la Giardiasis, causa síntomas cónicos como Fatiga o Pérdida de Peso, mientras que la Leptospirosis puede causar Daño Hepático y Renal severo. Otras afecciones relacionadas con esta crisis es el aumento de la incidencia de Infecciones Cutáneas y el riesgo de padecer Infecciones Oculares.
Según la OMS, al menos 2000 millones de personas beben agua de fuentes contaminadas por heces. Este factor de riesgo aumenta la transmisión de enfermedades peligrosas como el Cólera y la Fiebre Tifoidea.
Factores de riesgo
Estas enfermedades tienen una relación directa con la crisis hídrica y, en general, la crisis medioambiental que atraviesa el planeta. Factores de riesgo como la falta de acceso a agua potable, el saneamiento deficiente y las inundaciones, incrementan la propagación de estas afecciones. De manera específica, las inundaciones son una causa de la contaminación del agua, lo cual puede promover la propagación de patógenos peligrosos.
Para prevenir la prevalencia de estas enfermedades es fundamental asegurar el acceso a agua potable, promover acciones de higiene personal y manejar adecuadamente las aguas residuales. Algunas recomendaciones individuales que pueden adoptar las personas incluyen: hervir el agua, utilizar filtros naturales o artificiales y practicar el lavado de manos constante.
Acción colaborativa para un futuro sostenible
La crisis hídrica es un problema que afecta a todos y todas, la solución a esta problemática requiere de un esfuerzo conjunto entre gobiernos, empresas, comunidades e individuos.
Los gobiernos tienen la responsabilidad de invertir en infraestructura de agua y saneamiento, mientras que las empresas tienen responsabilidad social enfocada en reducir el saqueo y desperdicio del líquido vital. Por su lado, las comunidades deben involucrarse políticamente en la gestión del recurso y finalmente, de manera individual, se deben plantear estrategias para ahorrar agua y participar iniciativas ambientales.
Algunos datos señalan que las diversas crisis medioambientales son propiciadas principalmente por la dinámica extractivista de los gobiernos y la iniciativa privada. En Nuevo León 15 empresas acaparan 44 millones 490 mil 222 metros cúbicos de agua, mientras que un millón 33 mil 940 metros cúbicos esta destinado al uso doméstico, es decir, sólo el 2.27% del total.
Ante la incapacidad de tomar acción para atender las omisiones de los gobiernos y la iniciativa privada, las acciones colectivas e individuales toman mayor relevancia para evitar el impacto de la escasez de agua, así como la transmisión de Enfermedades Infecciosas. Algunas acciones que marcan la diferencia son el consumo responsable, la participación en actividades comunitarias, reparar o reportar fugas, utilizar dispositivos de ahorro de agua, así como disminuir el consumo de productos procesados como refrescos, son acciones prácticas y efectivas.