Alteraciones del lenguaje: un grave problema de comunicación
Las Alteraciones del Lenguaje pueden repercutir en el ámbito personal y familiar y pueden traer problemas para relacionarse; además es posible que interfieran con el proceso de aprendizaje de los niños y se relaciona con problemas de conducta, sordera y retraso mental.
Dra. Anahí Cervantes Luna
Las alteraciones del lenguaje son dificultades para comprender, hablar y pronunciar. De acuerdo al INEGI (2014), alrededor del 8.3% de la población mexicana presenta alteraciones del habla y la comunicación.
Una persona con una alteración del lenguaje tendrá dificultades para comprender y/o para expresarse; puede ser tan grave que limite severamente la capacidad para comunicarse, y tener repercusiones a corto y largo plazo, en la vida personal, familiar y social.
En el caso de niños puede interferir con el aprendizaje de la lectoescritura y puede relacionarse con problemas más graves como alteraciones de conducta, aprendizaje, sordera y retraso mental.
Causas de los problemas del lenguaje
En niños hay factores hereditarios, anomalías anatómicas cerebrales, complicaciones durante el embarazo y el nacimiento (principalmente prematurez e ictericia), así como traumatismos.
En adultos, las causas más frecuentes son los eventos vasculares cerebrales, los traumatismos y las enfermedades neurodegenerativas.
Síntomas de un problema de lenguaje
En un niño se puede sospechar desde muy temprana edad si no hace caso cuando se le habla, no voltea, no sonríe y parece no escuchar; sólo se comunica por señas o no intenta comunicarse.
Son síntomas de alarma si a los 2 años no dice ninguna palabra, y entre 2 y 3 años, no habla más que algunas palabras o no se entiende lo que dice, así como si empezaba a hablar pero dejó de hacerlo.
A partir de los 3 años, se considera que existe una alteración si el niño no dice nada o sólo dice algunas palabras; pronuncia mal, llegando a ser ininteligible; omite palabras en una frase (habla “como telegrama”, por ejemplo, niño allí perro) o las usa mal (por ejemplo ayer voy a comer; es un pelota, el niño juegan); dice una cosa por otra (por ejemplo, lápiz por pluma, taza por vaso); o habla en exceso y pronuncia bien pero lo que dice es incoherente, se sale de tema y responde algo diferente de lo que se le dice.
Otras señales a las que se debe estar atento es si parece que no comprende lo que se le dice, parece que no escucha, olvida y confunde las cosas, y en los años escolares presenta dificultades para adquirir y consolidar la lectoescritura (confunde letras, escribe una cosa por otra, no entiende).
Al larga, en niños y adolescentes, puede haber alteraciones en el desarrollo intelectual, atención, habilidades perceptuales y motrices, socialización, conducta, aprendizaje y rendimiento escolar.
En los adultos hay defectos en la capacidad de hablar, entender, pronunciar, leer, escribir, y razonar, entre otros.
Diagnóstico y Tratamiento
Se requiere realizar una valoración por un Médico Especialista en Comunicación Humana, Audiología y Foniatria el cual, a través de la aplicación de pruebas clínicas, de lenguaje, neuropsicológicas, psicológicas y auditivas, determina el tipo de alteración del lenguaje, la causa y tratamiento que se requiere.
A partir del diagnóstico se elabora un programa terapéutico orientado al desarrollo de las habilidades lingüísticas y cognoscitivas, así como a la corrección de los patrones desviados y/o alterados.
Ante la menor sospecha es recomendable llevar a cabo una evaluación especializada porque las alteraciones del lenguaje pueden tener repercusiones de mayor o menor gravedad en otros aspectos del desarrollo. Es importante destacar que la atención oportuna puede prevenir, controlar y/o corregir las alteraciones derivadas de un trastorno del lenguaje.