Artroscopía de Rodilla: Un avance tecnológico para tratar problemas de rodilla

Artroscopía de Rodilla: Un avance tecnológico para tratar problemas de rodilla

Editado por: el 14/04/2020

La artroscopía es uno de los procedimientos más frecuentes en el mundo y uno de los avances más novedosos para observar el interior de la rodilla y con ello diagnosticar y tratar diversos problemas que la aquejan. ¿Cómo funciona? ¡Aquí te lo contamos!

 

 

¿Qué es?

 

Es un procedimiento quirúrgico que sirve para observar la articulación de la rodilla por medio de una pequeña cámara llamada artroscopio, la cual es introducida a través de dos incisiones pequeñas y permitirá ver en gran imagen y resolución el interior de la rodilla para poder diagnosticar el problema, así como reparar o quitar tejido.

 

La artroscopía de rodilla se usa más comúnmente para:

 

•          Quitar o reparar tejido de meniscos rotos

•          Reconstruir un ligamento cruzado anterior roto

•          Recortar pedazos rotos de cartílago articular

•          Quitar fragmentos sueltos de hueso o cartílago

•          Quitar tejido sinovial inflamado

 

¿Qué implica la cirugía?

 

La artroscopía es un procedimiento ambulatorio, sin embargo, previamente se deberá realizar un examen físico completo, así como de laboratorio y un electrocardiograma con el cual el especialista evaluará el estado de salud del paciente. Una vez aprobados los exámenes preoperatorios el paciente deberá permanecer sin alimentos al menos 8 horas antes de la cirugía.

 

Dentro de la cirugía se utiliza anestesia regional, adormeciendo de la cintura hasta las piernas. Se realizan un par de incisiones en la rodilla y se aplicará una solución estéril para eliminar todo el líquido turbio que pudiera encontrarse dentro de la articulación. 

 

El primer paso será diagnosticar el problema con ayuda del artroscopio, si el especialista determina que el tratamiento debe ser quirúrgico, introducirá instrumentación especializada (láser, rasuradores o tijera) a través de otras incisiones para reparar. El procedimiento puede durar de 30 minutos a un poco más de una hora.

 

Después de la intervención las heridas serán cerradas con suturas y lo trasladarán al área de recuperación donde permanecerá de una a dos horas y después podrá retirarse con ayuda de un acompañante.

 

¿En qué consiste el posoperatorio?

 

Al ser una cirugía de mínima invasión la recuperación en la mayoría de los pacientes suele ser muy rápida, a la sexta u octava semana se puede estar regresando a la mayoría de las actividades físicas.

 

Los cuidados consistirán en:

 

  • Mantener la pierna lo más elevada posible y aplicar hielo 2 veces por día

 

  • Limpiar las incisiones con agua y jabón, así como secarlas perfectamente

 

  • Después de una semana deberá acudir con el especialista a revisar el progreso y comenzar un programa de entrenamiento posoperatorio

 

  • En algunos casos el médico recomendará el uso de muletas para asegurar que la rodilla no soporte peso durante la recuperación

 

  • Se solicitará al paciente que consulte a su especialista antes de conducir para evitar lesiones.

 

  • Se recetará medicamento para el dolor, así como ejercicios para restablecer y fortalecer lo músculos de la pierna y rodilla intervenida

 

Esta cirugía no representa complicaciones graves, generalmente las asociadas a una cirugía como infecciones o coágulos, por lo cual, si se presenta fiebre, escalofríos, dolor persistente o en aumento, inflamación, entre otros, se debe acudir de inmediato con el cirujano tratante.

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