Artroscopia de tobillo: detección de problemas crónicos y traumáticos
La artroscopia de tobillo sirve para resolver problemas de dicha articulación.
¿Qué es la artroscopia de tobillo?
La artroscopia de tobillo es un procedimiento que sirve para detectar problemas crónicos y traumáticos de esta articulación, asimismo, funge como tratamiento. Todo tipo de personas que se lesionen esa parte del cuerpo son aptos para someterse a la cirugía, en particular, las personas que son más propensas son aquellos que practican deporte físico. Este procedimiento debe de ser ejecutado por un traumatólogo certificado.
Los principales problemas para hacerse una artroscopia de tobillo son:
- Inestabilidad del tobillo por esguinces frecuentes
- Artritis o desgaste del cartílago de esta articulación
- Fracturas o secuelas de éstas
- Pinzamiento del tobillo anterior o posterior
- Lesiones osteocondrales del cartílago articular
- Rigidez del tobillo
- Infección
- Cuerpos libres articulares
- Dolor en el tobillo por causas inexplicables
¿Qué sucede durante el proceso?
Es una cirugía mínimamente invasiva en la cual se utiliza equipo médico de pequeñas dimensiones, como una fibra óptica con cámara que transmite las imágenes internas del tobillo a una pantalla. Asimismo, a través de pequeñas incisiones menores a 1cm se introduce la lente de la cámara y los instrumentos de exploración y trabajo, mismos que una vez finalizado el procedimiento son cerrados con 1 punto de sutura. Los riesgos de este procedimiento son menores al 10% y pueden ser infección, sangrado o lesión sensitiva nerviosa.
El tiempo de recuperación del paciente dependerá del tipo de procedimiento que se lleve a cabo y de la causa. Aunque sometiéndose a técnicas quirúrgicas innovadoras el volver a sus actividades diarias será más rápido que con una cirugía tradicional, es decir, entre el 70 y 79% de los pacientes tiene positivos resultados y se reintegran a sus actividades laborales y deportivas.