Asma: síntomas y clasificación
El asma se puede clasificar en varios tipos, por su causa y evolución clínica. Para su manejo es necesario atender las causas que lo estén provocando, ya sean alergias, infecciones, alteraciones nasales, etc.
¿Qué es el asma?
Es una enfermedad secundaria a una inflamación de la vía aérea, se puede presentar a cualquier edad y en cualquier sexo. Este padecimiento puede ser diagnosticado y atendido por un otorrinolaringólogo. Está identificada con crisis recurrentes de falta de aire y silbidos en el pecho. Su frecuencia es variable, puede durar días y semanas; puede estar relacionada con alergias y ocasionalmente puede llegar a generar una falla respiratoria grave cuando el paciente tiene una deficiencia en su capacidad respiratoria que altera la oxigenación.
Clasificaciones
Las clasificaciones del asma son de varios tipos. Por su causa se puede dividir en alérgica y no alérgica. También se pueden clasificar según su evolución clínica, dentro de éstas se encuentra el asma intermitente, el asma persistente leve, el asma persistente moderada, el asma persistente severa y el asma casi fatal. Esta clasificación tiene como objetivo determinar el tratamiento a seguir según lineamientos internacionales bien establecidos.
En México, el más frecuente es el asma intermitente y persistente leve, pero, debido a que tiene mortalidad en algunos casos, es importante dar una evaluación completa a cada uno de los pacientes.
Síntomas
Los síntomas son básicamente sensación de falta de aire, respiración rápida y presencia de silbidos con intensidad variable. A estos síntomas básicos se agregan los asociados al padecimiento como son las alergias, infecciones, intolerancia a algún tipo de desinflamatorios (aspirina), la presencia de síntomas de reflujo esofagogástrico, alteraciones nasales en donde la obstrucción nasal juega un papel importante y la asociación de rinitis o sinusitis.
Tratamiento
El tratamiento está enfocado en 2 aspectos, el primero es controlar directamente la enfermedad y el segundo es resolver los padecimientos asociados. Hay varios tratamientos establecidos, estos según el tipo que se presente. En términos generales para el primer punto se usan esteroides inhalados, los broncodilatadores adrenérgicos y muscarínicos, vacunas antialérgicas, así como el uso de mediadores de la respuesta inmune y más recientemente tratamientos broncoscópicos como la termoplastía bronquial. En el segundo punto se deben tratar todas las enfermedades asociadas como: obstrucción y deformidades nasales, sinusitis, reflujo esofagogástrico, etc.
El tratamiento tiene un costo variable y va desde aplicar medidas tan sencillas como el evitar la exposición a los factores que desencadenan el asma alérgica, como pólenes, pelo de animales, etc. Hasta el manejo hospitalario de una exacerbación asmática que requiera hospitalización con la repercusión directa en los costos de atención. También deben de tomarse en la cuenta el costo del tratamiento de la patología asociada como cirugía nasal para resolver la obstrucción nasal o la sinusitis asociada, así como los diferentes tratamientos para evitar el reflujo esofagogástrico. Por lo tanto, el tratamiento debe de ser individualizado en cada caso, tomando las medidas necesarias para evitar las exacerbaciones asmáticas y el daño pulmonar a largo plazo.
No se puede prevenir, pero si evitarlo
No hay una prevención para el asma porque su origen es de tipo multifactorial (factores hereditarios, medioambientales, alimentarios, ocupacionales, infecciosos), por lo tanto, la prevención es difícil de lograr. Sin embargo, se puede eludir la aparición de los ataques de asma, evitando la exposición indiscriminada a los alérgenos o a los elementos que desencadenan las molestias respiratorias, esto varía en cada persona.