Ataques de Pánico y Trastornos de Ansiedad: Cómo diferenciarlos y abordarlos clínicamente

Ataques de Pánico y Trastornos de Ansiedad: Cómo diferenciarlos y abordarlos clínicamente

Editado por: Luis Ángel Cortina Sánchez el 07/10/2024

Es importante comprender los mecanismos psicobiológicos que diferencian los Ataques de Pánico de los Trastornos de Ansiedad. Aunque ambos comparten síntomas, los Ataques de Pánico o Crisis de Angustia están mayormente relacionados con Síndromes Depresivos.


Mecanismos psicobiológicos detrás de los Ataques Pánico

Todos los mamíferos contamos con sistemas instintivos precableados que han evolucionado para garantizar la supervivencia. Uno de estos sistemas es el de pánico o de pérdida, el cual se activa en la angustia de separación infantil cuando nos distanciamos de nuestros padres o cuidadores. En la adultez, experimentamos esta angustia de separación en forma de Ataque de Pánico.


Múltiples investigaciones han demostrado que este sistema se activa también en Trastornos Depresivos, los cuales se caracterizan por sentimientos profundos de desamparo y desesperanza.


Relación entre Ataques de Pánico y la Depresión

La Angustia de separación y la Depresión derivan de eventos de pérdida real o simbólica, ya sea de un objeto de amor o de estabilidad emocional. Por lo tanto, los Ataques de Pánico suelen estar vinculados a estos eventos de pérdida.


A pesar de que los síntomas fisiológicos, como la activación autonómica, pueden sugerir un Trastorno de Ansiedad, los Ataques de Pánico son en realidad señales de alarma psicofisiológicas ante la percepción de amenazas. Estas amenazas, en el caso del pánico, suelen ser complejas y difíciles de identificar, ya que pueden derivar de múltiples estímulos externos o internos.


Diferencias entre Ataques de Pánico y Trastornos de Ansiedad

Es importante entender que, aunque en la superficie los Ataques de Pánico puedan parecer un Trastorno de Ansiedad, su origen está profundamente relacionado con la pérdida de vínculos afectivos estables o de condiciones de vida predecibles. Estas pérdidas generan una inseguridad que puede activar el sistema de pánico, provocando episodios intensos de angustia.


Por ello, es fundamental abordar el Trastorno de Pánico o de Angustia como un Síndrome Clínico que, aunque superficialmente se parece a un Trastorno de Ansiedad, requiere de una pericia clínica profunda para su correcto tratamiento.

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