Bruxismo, un problema dental con causas psicológicas
¿Te han dicho que rechinas los dientes mientras duermes? ¿Te zumban los oídos constantemente? ¿Amaneces con dolor en la mandíbula o en la cara? Es posible que sufras de Bruxismo, un trastorno que consiste en apretar o rechinar los dientes cuando se está dormido o despierto.
El Bruxismo no es una enfermedad, es un síntoma de otros problemas de salud que provoca el desgaste del esmalte de los dientes, el deterioro de las restauraciones dentales (ya sean metálicas o de cerámica) y puede ocasionar que los dientes se muevan.
Este hábito no es exclusivo de los adultos, ya que puede presentarse en la infancia: hay casos de niños menores de 11 años que lo padecen.
Sintomatología del Bruxismo
El paciente puede presentar Dolor de Cabeza ocasionado por la tensión a nivel muscular, dolor de cuello o facial intenso, chasquidos al abrir y cerrar la boca, dolor mandibular, zumbido de oídos y desgaste de los dientes a causa de la fricción al rechinarlos.
¿Quiénes son más propensos a este trastorno?
Personas que han sufrido problemas psicológicos o dentales como:
- Ansiedad
- Depresión
- Estrés
- Insomnio
- Posición inadecuada de la dentadura
- Prótesis o restauraciones dentales mal ajustadas
Posibles causas
Las principales causas que originan el Bruxismo se relacionan con factores periféricos (morfológicos y anatómicos) y factores centrales (psicológicos y fisiopatológicos).
Los factores periféricos hacen referencia a:
- Modificaciones dentoesqueléticas, como las alteraciones en la oclusión dental (mordida)
- Alteraciones en las interrelaciones anatómicas de las estructuras óseas cráneo-cérvico-faciales
Los factores centrales tienen que ver con problemas como:
- Ansiedad
- Estrés
- Ira
- Frustración
- Tensión
- Alteraciones neuroquímicas
- Traumatismos
- Factores Genéticos
- Consumo de fármacos dopaminérgicos, noradrenérgicos y serotoninérgicos
- Consumo de antidepresivos, gabaérgicos y psicotrópicos
¿Cuál es el tratamiento?
Una vez diagnosticado el Bruxismo, el especialista recomendará un tratamiento que controle las causas de su origen y compense los daños ocasionados. Incluso se puede optar por canalizar a los pacientes con especialistas en salud mental para complementar la atención.
Como ya se mencionó, el consumo de fármacos, como neurotransmisores, podría desencadenar este problema de salud. Por ello, el médico evaluará si un exceso en su ingesta podría estar ocasionando alteraciones del sueño y, por ende, Bruxismo. Si el paciente no toma estas sustancias, pero tiene dificultades para dormir, es probable que se le canalice con un Psicólogo o Psiquiatra.
¿Cómo prevenirlo?
Realizar actividades recreativas que ayuden a disminuir los niveles de estrés, así como mantener un estilo de vida saludable es fundamental para reducir riesgo de sufrir Bruxismo. En especial se recomienda:
- Hacer ejercicio
- Tener buenos hábitos de sueño
- Evitar el consumo de alcohol y de bebidas estimulantes por la noche (como café o té)
- Tomar baños calientes
- Escuchar música
Ya tengo Bruxismo, ¿qué opciones tengo?
Para contrarrestar los efectos del Bruxismo se puede recurrir a lo siguiente:
- Férulas y protectores bucales. Están diseñados para mantener los dientes separados y así evitar el daño causado al apretar o rechinar los dientes. Pueden estar hechos de acrílico duro o de materiales blandos para ajustarse a los dientes superiores e inferiores.
- Corrección dental. En casos graves (cuando el desgaste del diente ha provocado sensibilidad o incapacidad para masticar de manera adecuada o ha afectado la estética de la sonrisa), el dentista tendrá que remodelar las superficies de masticación de los dientes o colocar coronas para reparar el daño.
- Inyecciones de Bótox en los músculos de la mandíbula. Se ha demostrado que esta sustancia funciona para controlar la tensión en los dientes.
La evaluación del Bruxismo debe estar orientada a los síntomas para así llegar a un diagnóstico particular. Por ello, se analizará la dieta, hábitos del sueño, dolores corporales, entre otros aspectos de la persona.