Cáncer de tiroides: exámenes disponibles para el diagnóstico oportuno (Parte 2)
La mayoría de los cánceres de la glándula tiroides son bien tratados y curables, en algunos casos deberá someterse a una tiroidectomía y deberá llevar un control y exámenes de sangre por el resto de su vida para evitar complicaciones o un nuevo brote de cáncer.
Exámenes para diagnosticar el cáncer de tiroides
Cuando se presente con un médico cirujano por alguno de los síntomas como la disfagia y la disnea se deberá someter a una serie de exámenes para confirmar el posible diagnóstico del cáncer de tiroides:
Biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF): Este procedimiento se realiza de manera ambulatoria en un consultorio. Se extrae una muestra de células por medio de una aguja que se introduce en cualquier inflamación o tumoración que pueda presentarse en el cuello. Posteriormente dichas células se analizan en un microscopio para determinar la anormalidad y el tipo de cáncer que puede ser. Este es uno de los principales exámenes que ayudan a confirmar el diagnóstico de cáncer de tiroides.
Muestras de sangre: este examen se realiza para determinar si los niveles de hormona tiroidea se encuentra dentro de los límites que se consideran normales. A pesar de que esta prueba por sí sola no confirma el diagnóstico de cáncer, sirve para tener un diagnóstico en general y para tener mayor seguridad a la hora de planear un tratamiento.
Ultrasonido del cuello por medio de ondas de ultrasonido: Con este examen el médico puede tener una imagen sólida o quística de cualquier masa de la glándula tiroides. Igualmente, aunque esta prueba por sí sola no hace el diagnóstico de cáncer, sirve para poder tener un diagnóstico general y poder planear de forma segura el tratamiento.
Gamma grama con radioyodo: En este estudio se inyecta yodo radioactivo en la vena y algunos minutos después se inserta una gamma cámara en la parte anterior del cuello. Dicha cámara mide la cantidad de sustancia radioactiva que toma la glándula tiroides. Las células cancerosas son incapaces de absorber la sustancia radioactiva como las células sanas, por ello, un pequeño cáncer puede visualizarse como un “nódulo frío” o “hipocaptante”. Sin embargo, este examen no entrega un diagnóstico muy acertado ya que muchos de los llamados “nódulos fríos” resultan ser benignos. Este examen se utiliza fundamentalmente después de que se ha realizado el tratamiento y para determinar si quedaron células cancerosas en el cuerpo del paciente.
Tratamiento y cuidados postoperatorios
Se le puede ofrecer la cirugía llamada tiroidectomía. Esta cirugía por lo general es el tratamiento denominado de primera línea para el cáncer de glándula tiroides. Generalmente se remueve en su totalidad la glándula (tiroidectomía total), aunque en algunas ocasiones será necesario resecar sólo un lóbulo. Esto depende de varios factores como la edad del paciente, el tamaño del tumor y los resultados de los exámenes que anteriormente describimos. Existe la posibilidad de remover o no las glándulas paratiroides.
Posterior a la cirugía, el paciente deberá tomar pastillas de tiroxina durante toda su vida, así mismo deberá realizarse exámenes de sangre periódicamente en el laboratorio para determinar si los niveles de hormona tiroidea en la sangre están dentro de los niveles normales y verificar si los niveles de TSH están suprimidos. Eventualmente el paciente deberá someterse a exámenes de laboratorio 1 ó 2 veces al año.
Existe la posibilidad de que también sea necesaria la terapia con yodo radioactivo. La mayoría de los pacientes requieren de esta terapia después de que se les ha realizado la cirugía. Su médico indicará si este es el caso. La terapia con yodo radioactivo es indolora y consiste en tomar un líquido o de 1 a 2 cápsulas en una sola ingesta. El paciente no sentirá ningún malestar, no perderá el cabello ni tendrá algún efecto secundario con las dosis habituales. Es una dosis muy baja de radiación, pero para proteger a otros, el paciente deberá aislarse y hospitalizarse de 2 a 4 días. En casi de que necesite este tratamiento, su médico le informará los detalles antes de que lo tome.
La mayoría de los cánceres de la glándula tiroides son tratados positivamente y son curables. Por favor contacte a su médico en caso de alguna duda que surja después de que haya leído esta información. Juntos podemos ayudarle en su tratamiento y recuperación.