Causas y síntomas de la hiperplasia prostática
De todos los padecimientos del aparato urinario motivo de consulta en hombres de 50 años en adelante están los trastornos de la mecánica miccional ocupando como primera causa en este grupo de edad el crecimiento de la próstata.
¿Qué lo ocasiona?
Se refleja aproximadamente en más del 50% de los varones a partir de la sexta década de la vida debido a cambios de diverso origen, pero fundamentalmente que tienen que ver con el metabolismo de la testosterona convertida en su forma activa de dihidrotestosterona por acción de una enzima cuyo nombre es la 5 alfa reductasa.
¿Qué síntomas presenta?
En la forma como podemos explicar los síntomas derivados del crecimiento de la próstata tenemos un componente estático y un componente dinámico:
Componente estático: es causado por el crecimiento de la glándula que produce adelgazamiento de la uretra a este nivel (primera porción de la uretra masculina) con disminución de la fuerza y adelgazamiento del chorro urinario de manera progresiva.
Componente dinámico: es provocado por aumento de las contracciones de la vejiga provocando los síntomas de urgencia miccional y poliaquiuria (aumento en el número de veces de las micciones durante el dia) y nicturia (levantarse por las noches a orinar).
Esto debido a la presencia de orina residual en la vejiga que estimulan algunos receptores alfa de los nervios motores de la vejiga ubicados en zonas específicas del trígono y de la uretra prostática.
¿Cómo detectar?
Dependiendo del grado de crecimiento de la próstata así como de los síntomas dependerá el tratamiento médico o quirúrgico oportuno, se debe hacer un completo interrogatorio dirigido a los pacientes que consultan por síntomas urinarios diversos (Score de síntomas prostáticos según la Asociación Americana de Urología) así como una adecuada exploración de la próstata y correlacionar lo anterior con el examen rectal digital y en ocasiones la uroflujometría y/o ultrasonido de la próstata pélvico con imágenes de llenado y post-miccionales así como el antígeno prostático específico (APE) como prueba sanguínea complementaria para el estudio integral del padecimiento y decidir así tratamiento oportuno y definitivo en cada caso.