Cefalea en Racimos: el Dolor de Cabeza más doloroso
La Cefalea en Racimos es una patología poco frecuente produciéndose entre 150 y 200 casos por 100.000 habitantes. A diferencia de las Cefaleas primarias como la Migraña y la Cefalea Tensional, su incidencia se produce mayoritariamente en varones jóvenes de entre 20 y 50 años, fumadores y, en algunos casos, aparece por antecedentes familiares
La Cefalea en Racimos es una de las Cefaleas más invalidantes que existen. Se considera como “la más dolorosa” de todas las Cefaleas, se le han acuñado acepciones del estilo “Cefalea del suicidio” que expresan, de una forma sumamente gráfica, lo que su presencia puede conllevar para quienes la padecen.
Fases de la Cefalea en Racimos
En lo que al número de crisis se refiere existe una amplia variabilidad de unas personas a otras. En general las fases activas de la enfermedad (de ahí el término Racimos) tienen una duración que oscila entre 2 y 8 semanas a la que sigue una fase inactiva de duración mucho más imprecisa (semanas, meses o incluso años) aunque la mayoría de los pacientes sufren recaídas anuales o bienales. En el extremo opuesto, en algunos pacientes la Cefalea es crónica desde el primer momento o se hace crónica después de varios racimos.
Síntomas de la Cefalea en Racimos
La localización típica del dolor en esta Cefalea es alrededor del ojo (nivel periocular) y siempre duele en el mismo lado (forma unilateral). Los síntomas que se le asocian son muy característicos, como el lagrimeo y el enrojecimiento del ojo, la hinchazón o caída del párpado correspondiente y la sensación de obstrucción nasal (del mismo lado del dolor).
Las características principales de la Cefalea en Racimos es la aparición del dolor de forma aguda y alcanzando la máxima intensidad en pocos minutos. La duración media de las crisis suele ser de 60 minutos, aunque se acepta la franja comprendida entre los 15 y los 180 minutos (3 horas). Expresiones del tipo “es como si me clavaran un punzón” o “siento que me taladran el ojo” son muy comunes y no hacen sino traducir al interlocutor lo que está pasando en esa cabeza.
En esta situación es habitual que el paciente esté inquieto y desasosegado (a veces hasta la agitación) en contraposición al paciente con Migraña que busca la quietud en un ambiente de penumbra y silencio.