Cirugía de nervios periféricos: ¿en qué consiste? (Parte 1)
El sistema nervioso periférico (SNP) es la parte del sistema nervioso que conecta los receptores sensoriales, los músculos y el resto de los órganos con el sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal), con el fin de lograr la interacción.
¿Qué es la cirugía de nervios periféricos?
Existen diversos agentes etiológicos que pueden causar alteraciones en el sistema nervioso periféricos, tales como: congénitas, hereditarias, toxinas, respuesta inmunológica, infecciones, tumores, traumatismos, etc. La cirugía de nervios periféricos se entiende como una subespecialidad quirúrgica de la neurocirugía que aborda las enfermedades del SNP que son susceptibles de tratamiento quirúrgico. Esto no quiere decir que sea un campo exclusivo de la neurocirugía.
¿Qué enfermedades requieren cirugía?
- Lesiones traumáticas de los nervios periféricos: en donde merece especial atención debido a su frecuencia las lesiones traumáticas del plexo braquial
- Síndromes compresivos o de atrapamiento de los nervios periféricos: un ejemplo de ello es el síndrome del túnel del carpo a nivel de la muñeca
- Tumores del SNP
- Dolor como consecuencia de alteraciones en los nervios periféricos
- Espasticidad: esto quiere decir, que por afección a nivel del sistema nervioso central (como en los infartos cerebrales), una extremidad sufre modificaciones en el tono muscular con disminución de la movilidad y deformidad secundarias; actualmente es posible realizar cortes selectivos en uno o más nervios periféricos para modificar estas alteraciones secundarias y mejorar la calidad de vida del paciente.
¿Cuándo es necesaria la cirugía?
Es importante mencionar que a pesar de tener cualquiera de estas alteraciones no necesariamente se requiere de intervención quirúrgica. La necesidad de una cirugía debe evaluarse individualmente en cada paciente. Cuando un paciente se somete a este proceso debe iniciar una evaluación clínica completa que incluya estudios de laboratorio con la finalidad de descartar condiciones médicas que contraindiquen la cirugía. Algunas de las contraindicaciones son alteraciones en la coagulación, enfermedades asociadas mal controladas como cardiopatías, diabetes, hipertensión, hipotiroidismo, anemia, enfermedades de las vías respiratorias, entre otras.