¿Cómo diagnosticamos hoy el TDAH?
Es una afección crónica que afecta a millones de niños, incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, Hiperactividad y comportamiento impulsivo.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta. Incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, Hiperactividad y comportamiento impulsivo.
Síntomas del TDAH
El TDAH se caracteriza por una serie de síntomas que se agrupan en tres categorías principales: inatención, hiperactividad e impulsividad.
1. Síntomas de inatención:
- Dificultad para prestar atención a detalles o seguir instrucciones
- Dificultad para mantener la atención en una tarea o actividad
- Tendencia a perder objetos con facilidad
- Dificultad para organizar y completar tareas
- Olvidos frecuentes
- Dificultad para escuchar con atención
- Dificultad para seguir conversaciones
- Parece no escuchar cuando se le habla directamente
- Se distrae fácilmente con estímulos externos
2. Síntomas de hiperactividad:
- Inquietud y movimiento excesivo
- Dificultad para permanecer sentado, especialmente en situaciones tranquilas
- Habla excesivo
- Corre o trepa en exceso en situaciones inadecuadas
- Dificultad para jugar o realizar actividades tranquilas
- Está siempre "en marcha" o como si tuviera un motor
- Interrumpe a los demás
- Le cuesta esperar su turno
3. Síntomas de impulsividad:
- Actúa sin pensar en las consecuencias
- Toma decisiones precipitadas
- Dificultad para esperar
- Interrumpe conversaciones o actividades
- Responde a preguntas antes de que se las hayan hecho completamente
- Le cuesta guardar su turno
- Tiene dificultad para controlar sus emociones
Es importante destacar que:
- La gravedad y la combinación de los síntomas varían de persona a persona
- Algunos síntomas pueden ser más evidentes en ciertas situaciones que en otras
- Los síntomas del TDAH pueden interferir significativamente en la vida cotidiana de las personas que lo padecen, afectando su rendimiento escolar, laboral y sus relaciones personales
Diagnóstico
Los criterios hoy en día más utilizados son los DSM de la American Psychiatric Association, pero no sería correcto en nuestra práctica clínica especializada en reducir el diagnóstico de un paciente a la exigencia despersonalizada de un texto.
De acuerdo con esto será siempre la comprensión clínica global del trastorno la que facilite el diagnóstico. Ahora bien, sin dejar de utilizar estos criterios diagnósticos.
Es aconsejable que el diagnóstico del TDAH sea clínico. El diagnóstico requiere la capacidad de contactar con el paciente y su familia en los primeros momentos, saber escuchar la demanda es fundamental.
También debe realizar una Anamnesis cuidadosa acompañada de adecuadas entrevistas abiertas y cerradas con padres y maestros, en su valoración son muy útiles los cuestionarios de conducta de Conners (Conners, CK Barkley RA 1985), o el CBC (Child Behavior Checklist) de Achenbach (Achenbach, TM y Edelbrock, CS 1985), que nos ofrecen habitualmente las primeras pistas en comorbilidad (trastornos asociados).
Estudios y tratamiento
El TDAH es un trastorno complejo que requiere un enfoque integral para su tratamiento. La investigación continua está ampliando nuestra comprensión del trastorno y permitiendo el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. Al combinar diferentes enfoques de tratamiento, las personas con TDAH pueden aprender a manejar sus síntomas, alcanzar su máximo potencial y llevar una vida plena y productiva.
Evidentemente el TDAH es un diagnóstico serio que puede requerir tratamiento a largo plazo con asistencia psicológica y farmacológica y por lo tanto es importante que el especialista busque primero y trate antes las muchas causas de estos comportamientos, así pues, se requiere la práctica de un adecuado diagnóstico diferencial.
Estudios recientes han profundizado en la comprensión del TDAH, identificando diversas áreas cerebrales y neurotransmisores involucrados en su desarrollo. Avances en neuroimagen han permitido visualizar diferencias en la actividad cerebral de las personas con TDAH, mientras que estudios genéticos han descubierto susceptibilidades genéticas que aumentan el riesgo de padecer el trastorno.
El tratamiento del TDAH debe ser integral y personalizado, adaptándose a las necesidades específicas de cada individuo. En general, incluye una combinación de enfoques:
1. Intervención conductual:
La terapia conductual cognitiva (TCC) ha demostrado ser eficaz para ayudar a las personas con TDAH a desarrollar estrategias para manejar sus síntomas, mejorar la organización y las habilidades de planificación, y regular sus emociones.
2. Medicamentos:
Los medicamentos estimulantes como el metilfenidato y la anfetamina son los más utilizados para tratar el TDAH. Ayudan a aumentar los niveles de dopamina y norepinefrina en el cerebro, mejorando la atención, la concentración y el control de los impulsos.
3. Intervenciones psicosociales:
El apoyo familiar y escolar es crucial para el éxito del tratamiento del TDAH. Los padres y educadores pueden beneficiarse de programas de capacitación para comprender mejor el trastorno y brindar apoyo efectivo a los niños y adolescentes con TDAH.
4. Enfoque en las fortalezas:
Es importante reconocer y fomentar las fortalezas y talentos de las personas con TDAH, ya que esto puede contribuir a mejorar su autoestima y calidad de vida.
Si usted o alguien que conoce presenta varios de estos síntomas de manera persistente, es importante consultar con un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. Un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno pueden ayudar a las personas con TDAH a mejorar su calidad de vida y alcanzar su máximo potencial.