Crioterapia: ¿cómo se realiza? (Parte 2)
Para un tratamiento de crioterapia o de crioablación de un tumor se usan unas agujas especiales, las cuales se introducen al paciente a través de la piel.
Equipo necesario para crioterapia o crioablación
El especialista se guía por la tomografía, o bien, por la laparoscopia para introducir estas agujas de crioablación, las cuales entran en el tumor renal o de la próstata, según sea el caso. Para la crioablación, se usa un software especial guiado por un ultrasonido con el objetivo de colocar las agujas en la posición necesaria para lograr destruir completamente el tumor.
Una vez que ya están colocadas las agujas, se activa un sistema, el cual bruscamente disminuye la temperatura a menos de 180 grados. Después de un primer ciclo, se calienta nuevamente el tejido y se vuelve a enfriar para lograr destruir la mayor cantidad de tejido tumoral, abarcando un margen adecuado donde no se tenga tumor.
Terapia corta y con muy buenos resultados
Después de esto, se retiran las agujas y se mantiene al paciente en vigilancia durante 24 horas en el hospital. Después el paciente regresa a su casa. Generalmente, los tratamientos de crioablación duran entre 1 hora y 2, dependiendo del tipo de tumor, dónde está localizado: si es de próstata o de riñón.
Para pacientes que no puedan ser operados o tengan alto riesgo quirúrgico debido al padecimiento de otras enfermedades, la crioterapia es una opción para curar el cáncer de manera adecuada y menor tiempo.