¿Se debió pagar un gimnasio durante pandemia?: Actividades que puso en pausa el COVID-19
La pandemia de COVID-19 obligó al cierre de numerosos gimnasios en México, dejando a muchos usuarios preguntándose si deben continuar pagando sus membresías.
Esta situación generó un gran debate sobre los derechos de los consumidores y las obligaciones de los gimnasios. En este artículo, analizaremos a fondo esta problemática y como fue que se resolvió durante esta época de pandemia.
¿Por qué los gimnasios cerraron?
Los gimnasios fueron considerados lugares de alto riesgo de contagio debido a:
- Aglomeraciones: los gimnasios suelen ser espacios cerrados con una alta concentración de personas, lo que facilita la transmisión del virus
- Contacto con superficies contaminadas: el uso compartido de equipos y materiales aumenta la probabilidad de contagio
- Respiración intensa: durante el ejercicio, las personas respiran con mayor intensidad, lo que puede favorecer la dispersión de partículas virales
Los derechos con los que contamos como consumidores
La Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC) establece que los consumidores tienen derecho a recibir un servicio adecuado y a que se respeten sus intereses. En el caso de los gimnasios, la LFPC protege a los usuarios ante situaciones como la pandemia, en las que la prestación del servicio se ve interrumpida por causas de fuerza mayor.
¿Se debió de seguir pagando una membresía de gimnasio?
La respuesta a esta pregunta no es sencilla y depende de varios factores:
Cláusulas del contrato
Revisa cuidadosamente tu contrato. Si existe una cláusula que establece que el pago de la membresía es obligatorio, incluso en caso de cierre temporal del gimnasio, la situación se complica. Sin embargo, es importante analizar si esta cláusula es válida y si no vulnera tus derechos como consumidor
Negociación
Si el contrato no te obliga a seguir pagando, puedes intentar negociar con el gimnasio una solución que beneficie a ambas partes. Algunas opciones son:
- Suspensión temporal de la membresía: solicita que se suspenda tu membresía hasta que el gimnasio reabra
- Reducción del pago: propón pagar una cuota reducida durante el tiempo que el gimnasio esté cerrado
- Compensación: pide que se te compense de alguna manera por los meses en los que no pudiste utilizar el servicio, como con clases virtuales o acceso a otras instalaciones del gimnasio
¿Qué hacer si el gimnasio no quiere negociar?
Si no se llegó a un acuerdo con el gimnasio, se podía presentar una queja ante la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO). La PROFECO brindó asesoría y medió entre el consumidor y el gimnasio para tratar de llegar a una solución.
La pandemia de COVID-19 generó una situación sin precedentes que ha afectado a millones de personas en todo el mundo, incluyendo a los usuarios de gimnasios. Es importante conocer tus derechos como consumidor y actuar de manera informada para defender tus intereses.