Derrame pleural: signos de alarma y causas (Parte 1)
El principal síntoma de un derrame pleural es la falta de aire (conocido como disnea) acompañada de respiración rápida, dolor torácico inespecífico y tos; además de que puede haber presencia de hipo y/o fiebre en casos que puedan estar relacionados a procesos infecciosos.
¿Qué es un derrame pleural?
Un derrame pleural se refiere a la presencia excesiva de líquido acumulado entre el pulmón y la pared torácica. Esto produce disminución de la capacidad de expansión de los pulmones y se acompaña de varios signos y síntomas característicos, al hacerse presente es necesario acudir con un especialista en cirugía torácica para su correcto tratamiento.
Tres causas principales
Generalmente el derrame pleural ocurre por una sobreproducción del líquido en la cavidad de los pulmones, como es el caso de la insuficiencia cardíaca congestiva o insuficiencia renal. Debido a que en estos casos no existe un adecuado balance de los líquidos corporales los pacientes están propensos a presentar derrame.
Otra causa de este padecimiento puede ser secundario y se debe al inadecuado drenaje del líquido contenido en la cavidad torácica, como es el caso de los derrames malignos (debidos al cáncer). Se cree que esto sucede por obstrucción de los conductos linfáticos encargados de la continua circulación de este líquido. Dicha interrupción del tránsito ocurre por la presencia de micro metástasis en estos conductos que finalmente entorpecen su función.
Y por último, cuando existen procesos inflamatorios en el tórax, un ejemplo es la neumonía, en el que el 50% de los casos produce algo conocido como derrame para-neumónico; sin embargo únicamente 8% de éstos progresa a una infección del mismo líquido conocido como empiema.
Algunos síntomas y diagnóstico
El principal síntoma es la falta de aire (conocido como disnea) acompañada de respiración rápida, dolor torácico inespecífico y tos; además de que puede haber presencia de hipo y/o fiebre en casos que puedan estar relacionados a procesos infecciosos.
Para el diagnóstico, el principio puede sospecharse cuando el médico realiza una exploración física auscultando (con el estetoscopio) los campos pulmonares, así como percutiendo y evaluando las vibraciones vocales del paciente sobre la pared torácica.
Una vez que existe la sospecha, es necesario realizar una serie de pruebas para: 1) confirmar y 2) clasificar el tipo de derrame.
Para el primero el médico usualmente se apoya en la radiografía simple de tórax, la tomografía computada y/o la ecocardiografía o ultrasonido de tórax.
Para el segundo, se utilizan pruebas de sangre donde valoramos la función de los riñones e hígado, se obtiene muestra del líquido pleural a través de una punción en la pared torácica (toracocentesis); y posteriormente se analiza dicha muestra en el microscopio en busca de células cancerígenas, bacterias y/o el nivel de proteínas en el líquido, logrando así determinar la causa del derrame pleural.