Diálisis y hemodiálisis: opciones para la sustitución renal
La diálisis y hemodiálisis son terapias de sustitución renal. La diálisis utiliza la membrana peritoneal y se puede realizar en casa, mientras que la hemodiálisis la realiza una máquina que utiliza un filtro artificial y se debe hacer en un centro especializado.
Diálisis: terapia renal realizada en casa
La diálisis peritoneal es una terapia de sustitución renal que utiliza la membrana peritoneal como filtro. Una de las ventajas de este método es que se puede llevar a cabo en la comodidad del hogar.
Durante el procedimiento, se introduce una solución especial a través de un catéter abdominal, la cual absorbe los desechos y el exceso de líquidos en la sangre. Luego, esta solución se drena y se reemplaza por una nueva.
Hemodiálisis: un tratamiento especializado en centros médicos
La hemodiálisis, por su parte, también es una terapia renal, pero, esta se realiza utilizando una máquina con un filtro artificial. A diferencia de la diálisis peritoneal, la hemodiálisis requiere ser llevada a cabo en un centro especializado.
La hemodiálisis se indica cuando un paciente se encuentra en la etapa 5 de la enfermedad renal, es decir, cuando su tasa de filtrado glomerular es inferior a 15 ml/min. Esto significa que existe un alto acumulación de sustancias de desecho líquido en el cuerpo que requieren ser eliminadas.
Durante el procedimiento, se extrae sangre del paciente a través de un catéter en el cuello o una fistula arteriovenosa creada previamente en el brazo. La sangre es filtrada y los desechos y el exceso de líquidos son eliminados antes de que la sangre sea devuelta al cuerpo.
Riesgos y beneficios de la hemodiálisis
Ambas terapias presentan riesgos y beneficios. En el caso de la hemodiálisis, algunos de los riesgos pueden incluir:
- Hipotensión
- Calambres
- Cefaleas
- Dolor torácico
- Sangrado
- Náuseas y/o vómitos
Cuidados posteriores a la hemodiálisis
Después del procedimiento, el paciente experimenta una reducción en la cantidad de sustancias de desecho y líquidos en su cuerpo, lo que contribuye a mejorar su estado de salud general.
Es importante que el paciente siga cuidadosamente las recomendaciones médicas y nutricionales para evitar una alta ganancia de líquidos entre sesiones.
Esto se logra a través de una dieta adecuada y la colaboración con un nutricionista clínico, ya que un exceso de líquidos puede generar estrés en el corazón del paciente.
La elección entre ambas terapias debe realizarse de manera individualizada, teniendo en cuenta la condición clínica del paciente, patologías específicas y situación social. Es fundamental trabajar en conjunto con el nefrólogo y otros especialistas.