Diarrea aguda: causas y prevención
La diarrea aguda es una enfermedad que se caracteriza por evacuaciones frecuentes y de consistencia disminuida; habitualmente líquida y acompañada de molestias abdominales. Puede ser de causa infecciosa o no infecciosa y su tratamiento debe de acompañarse de una ingesta abundante de líquidos, preferentemente que contengan electrolitos.
¿Qué es la diarrea aguda?
La diarrea aguda es la ocurrencia de evacuaciones o deposiciones con disminución en la consistencia de las heces fecales y, frecuentemente, también el aumento en la frecuencia de las mismas, todo ello de inicio súbito y con un tiempo de duración que va de horas a algunos días. Esta enfermedad debe de ser tratada por un gastroenterólogo ya que puede ser peligrosa si no se atiende a tiempo.
Origen infeccioso o no infeccioso
Las causas de la diarrea aguda pueden ser de naturaleza infecciosa y no infecciosa. Los agentes infecciosos pueden ser: virus, bacterias o parásitos. Las causas no infecciosas pueden ser medicamentos, sustancias tóxicas, alteración en la digestión y/o absorción de alimentos e incluso padecimientos potencialmente graves asociados a la diarrea (diverticulitis, apendicitis aguda, isquemia intestinal)
Malestares de aparición súbita
Suele aparecer en forma súbita, acompañada de molestias abdominales como distensión o hinchazón, dolores cólicos ('retortijones'), náusea y vómito, exceso de gas intestinal, flatulencia y urgencia para evacuar. Pueden notarse en las heces la presencia de moco, sangre y fragmentos de alimento no digerido. Dependiendo de la causa de la diarrea pueden ocurrir síntomas generales como fiebre, malestar general y deshidratación.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, es decir, integrando la información del cuadro, el contexto en el que ocurre y los posibles factores de riesgo de la persona que la padece. Según la gravedad del cuadro, los síntomas asociados o las características particulares del paciente pueden requerirse de análisis de laboratorio de sangre y materia fecal, y de gabinete (radiografía, ultrasonido, etc) para investigar la causa precisa de la diarrea y de las posibles complicaciones.
Hgiene en los alimentos, parte importante para prevenir la diarrea
En el caso de la diarrea de causa infecciosa las medidas de prevención son el evitar la ingesta de bebidas y alimentos de higiene dudosa o en mal estado de conservación, alimentos de venta en la vía pública y que han permanecido al aire libre en ambientes insalubres; especial cuidado debe tenerse para la ingesta de alimentos y bebidas durante viajes en ámbitos diferentes a los habituales (vacaciones, playa, regiones tropicales, montaña, etc); no ingerir agua de ríos, lagos o estanques. Por otro lado, debe tener presente la posibilidad de que la enfermedad ocurra por efecto de algún medicamento o la combinación de varios de ellos.
Hidratación sin retraso
El tratamiento inmediato y más importante debe ser la ingesta de líquido (por ej. agua o té) preferiblemente con electrolitos (sales minerales, potasio) en la forma de suero oral o solución rehidratante para recuperar las pérdidas intestinales y evitar la deshidratación y sus complicaciones. En casos de diarrea intensa y abundante y cuando se presentan náusea y/o vómitos que impidan la ingesta suficiente de líquido, debe considerarse la atención médica de urgencia para la administración de suero intravenoso. Especial cuidado debe tenerse en caso de tratarse de niños pequeños, personas mayores o que tengan padecimientos que lo hagan particularmente vulnerable (desnutrición, discapacidad física o mental, cáncer, quimioterapia en curso, estado postoperatorio, etc.). Deberá considerarse la necesidad de otros tratamientos en caso de infección, dolor abdominal o aparición de complicaciones (alteraciones del estado de alerta, fiebre elevada, estado de shock, etc.).
En principio el padecimiento siempre puede ser controlado y podrá restablecerse la salud rápidamente. De hecho y afortunadamente, la gran mayoría de los cuadros de diarrea aguda suelen limitarse por sí solos requiriendo fundamentalmente la rehidratación y la vigilancia para evitar el desarrollo de complicaciones. En casos graves puede requerirse hospitalización de urgencia.