Embarazo de Alto Riesgo: condición en la que la madre y el feto presentan complicaciones
Un Embarazo de Alto Riesgo es aquel en el que la madre o el bebé tienen una probabilidad mayor de experimentar complicaciones de salud durante la gestación, el Parto o el período posnatal.
¿Qué es un Embarazo de Alto Riesgo?
El Embarazo de Alto Riesgo es aquel que cursa con alguna condición que pone en riesgo la salud de la madre o del bebé. Los principales factores de riesgo incluyen afectaciones preexistentes o presentes durante el Embarazo.
Factores de riesgo en el Embarazo
Algunos factores de riesgo preexistentes son Enfermedades Crónicas, como Diabetes Mellitus Tipo 2, Hipertensión Crónica, Enfermedades de Transmisión Sexual (sobre todo VIH), y los extremos de edad en la madre, ya sea muy joven o de edad avanzada.
Otros factores incluyen Embarazo Múltiple (dos o más bebés), antecedentes de complicaciones previas como Abortos Recurrentes (dos o más), Parto Prematuro o estados hipertensivos del Embarazo, como la Preeclampsia con criterios de severidad.
Control Prenatal en Embarazos de Alto Riesgo
Todo Embarazo debe llevar un control prenatal adecuado. En la primera mitad del Embarazo, el seguimiento se realiza con citas mensuales. A partir de la semana 27, las citas pueden ser más frecuentes, cada dos semanas o incluso semanales, dependiendo del caso y del factor de riesgo presente.
El tipo de intervención necesaria, como la consulta con especialistas (Cardiólogo, Neumólogo, Reumatólogo, etc.), y los estudios adicionales dependerán del riesgo específico.
Importancia de la cita preconcepcional
Una intervención clave es la cita preconcepcional, que se realiza antes del Embarazo para evaluar y preparar a la paciente, sobre todo si ya tiene alguna condición que pueda ser de riesgo. Por ejemplo, en pacientes con Diabetes Pregestacional, se busca un óptimo control metabólico, y en mujeres con enfermedades inmunológicas, es importante verificar que la enfermedad no esté activa antes del Embarazo.
Tamizajes y monitoreo durante el Embarazo
Durante el Embarazo, el Control Prenatal incluye tamizajes importantes a lo largo de las distintas etapas:
- Primer trimestre: detección temprana de malformaciones y prevención de Parto Prematuro y Preeclampsia
- Segundo trimestre: evaluación anatómica para descartar malformaciones y reevaluación del riesgo de parto Prematuro y Preeclampsia
- Tercer trimestre: Tamizaje de Crecimiento Fetal para asegurar que no haya alteraciones en el desarrollo del bebé
Síntomas de alerta en cada trimestre
Primer trimestre
Los síntomas de alerta incluyen sangrado, cólicos intensos, dolor abdominal severo, náuseas y vómitos intensos que impidan comer.
Segundo y tercer trimestre
En estas etapas, además de los síntomas anteriores, se pueden presentar Dolor de Cabeza, Fosfenos (lucecitas o destellos de luz), Acúfenos (zumbidos en los oídos), salida de líquido, sangrado, Edema Facial o de manos y piernas.
Edad materna y Embarazo de Alto Riesgo
La edad materna es un factor importante. En mujeres mayores de 40 años, hay mayor riesgo de malformaciones, Diabetes Gestacional, Hipertensión y prematuridad. En adolescentes menores de 19 años, el cuerpo inmaduro conlleva riesgos de bajo peso al nacer, estados hipertensivos y complicaciones neonatales.
Enfermedades preexistentes
Las condiciones médicas preexistentes, como Diabetes, Hipertensión Crónica, Lupus, bajo peso materno, Obesidad y Epilepsia, también influyen en el riesgo del Embarazo. El historial obstétrico, como complicaciones previas, también debe ser considerado.
Manejo multidisciplinario y Tamizajes adicionales
En Embarazos de Alto Riesgo, es crucial contar con un manejo multidisciplinario, apoyado por especialistas y Tamizajes adicionales, como para Diabetes, Preeclampsia y Parto Prematuro.
Finalización del Embarazo en casos de Alto Riesgo
El Embarazo de Alto Riesgo no siempre significa Cesárea. La decisión entre Parto Natural o Cesárea depende del historial clínico de la madre, la evolución del Embarazo y la condición actual. Por ejemplo, una paciente con Diabetes mal controlada puede requerir cesárea si el bebé es grande, mientras que una madre con Lupus bien controlado puede tener un parto espontáneo. Por estas razones es necesario siempre acudir de manera periódica con un especialista en Ginecología y Obstetricia.