Embolia: qué es y cómo se detecta
Embolia es el término comúnmente usado para el Infarto Cerebral o Ictus; que es una de las entidades que forman el grupo de Enfermedades Vasculares Cerebrales (EVC), que puede causar afectaciones en funciones neurológicas, dificultad para realizar actividades de la vida diaria, laboral y social (discapacidad) y en casos severos la muerte
Principales causas y síntomas
En general, la Embolia es una enfermedad que es causada por diversos motivos, los cuales son:
- Coágulo de sangre
- Acumulación de Colesterol que obstruye las arterias que llevan oxígeno y sangre a las partes del cerebro
- Obstrucción de un vaso arterial que irriga el cerebro por un trombo que se formó en otra parte del cuerpo (ejemplo: corazón).
Los síntomas más frecuentes son alteraciones en un grupo de funciones neurológicas, que se encuentran en la zona donde se obstruye el paso de la sangre (déficit neurológico) el cual se manifiesta entre síntomas, tales como:
- Dificultad para hablar o entender el lenguaje (Afasia)
- Pérdida de la fuerza de un lado del cuerpo (Hemiplejia o Hemiparesia)
- Pérdida de funciones como ver, oír, escribir, caminar, deglutir, etc.
¿Cómo detectar una Embolia?
Una Embolia se detecta por medio de un examen médico realizado por profesionales de la salud donde se valoran las funciones cerebrales importantes, confirmado con un estudio de imagen que el médico deberá indicar, según el caso.
Sin embargo, se han creado estrategias para acudir a valoración en caso de que se produzcan síntomas de una Embolia; una de estas es la estrategia DALE, por sus siglas Debilidad Facial, Aflojar el brazo, Lenguaje (alteraciones del mismo), para que el paciente acuda a atención médica de manera urgente.
Es importante tener en cuenta que la edad es el factor de riesgo más importante (adultos mayores de 60 años) que no se puede modificar. Sin embargo, en los grupos de pacientes que tienen mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad y que pueden prevenir dicha enfermedad, como lo son los grupos de pacientes que fuman (Tabaquismo), presión arterial alta (Hipertensión), problemas de grasas (Hipercolesterolemia), pacientes que no hacen ejercicio (sedentarismo).
Ya que, la principal consecuencia de este padecimiento es la discapacidad neurológica; como: estar en una situación donde los pacientes cuyas lesiones cerebrales pueden ser portadores de múltiples dificultades en sus acciones, que sean barreras de acceso para las actividades de la vida diaria, vida laboral o participación social. La función de los profesionales de la salud es disminuir la misma, por medio de indicaciones de intervenciones médicas o de rehabilitación.
Prevención y tratamiento
En el contexto de esta enfermedad existen tratamientos, en cuanto se presenta, los cuales puede reducir la discapacidad posterior. También se puede reducir la posibilidad de la aparición de un nuevo evento, por medio de intervenciones médicas según el caso individual y mejorar las funciones por medio de rehabilitación física y de lenguaje.
Una Embolia se puede prevenir llevando un estilo de vida saludable, realizando adecuada actividad física y nutrición adecuada. Así como, el realizarse un chequeo clínico (examen de laboratorios y estudios de gabinete) el cual permitirá actuar de manera preventiva.
Es importante asegurarse de acudir con un profesional de la salud para valorar sus riesgos de presentar una Embolia y actuar sobre un estilo de vida saludable como ejercitarse, una adecuada nutrición, así como también acudir al médico por lo menos una vez al año.