Enfermedad Carotídea: Medidas para prevenir su progresión
La Enfermedad Carotídea, caracterizada por la formación de placas de ateroesclerosis en el sistema carotídeo, es un problema cada vez más común.
Desarrollo de la Enfermedad Carotídea
Las placas de ateroesclerosis se forman debido a la acumulación de Colesterol, triglicéridos, células inflamatorias, calcio y tejido fibroso en el sistema carotídeo, específicamente en el bulbo carotideo.
Esta acumulación se inicia con la lesión endotelial, causada por factores como el Tabaquismo, la Diabetes mal controlada, la Hipertensión y la Hipercolesterolemia. Con el tiempo, estas placas estrechan las arterias y, en casos más graves, pueden desprenderse y causar Embolismos Cerebrales.
La prevalencia exacta de la Enfermedad Carotídea es difícil de determinar, pero está en aumento, especialmente en personas con Síndrome Cardiometabólico y factores de riesgo como el Tabaquismo, la Diabetes, la Obesidad, la Hipertensión y los niveles alterados de lípidos en la sangre. Es crucial detectarla a tiempo para evitar complicaciones.
Importancia del diagnóstico oportuno
El diagnóstico temprano es fundamental. Se recomienda realizar un estudio de Ultrasonido Doppler en pacientes con factores de riesgo, especialmente mayores de 60 años. Este estudio permite evaluar con precisión el grado de estrechez de las arterias carótidas. Dependiendo de este grado, se puede optar por cirugía preventiva o tratamiento médico para controlar la progresión de las placas.
Medidas para prevenir su progresión
Una vez diagnosticada, es vital modificar los factores de riesgo. Esto incluye dejar de fumar, controlar la Diabetes y otras enfermedades. Además, la dieta juega un papel crucial; se recomienda seguir un patrón alimenticio similar a la Dieta Mediterránea, rica en grasas vegetales insaturadas y alimentos integrales. Se pueden prescribir medicamentos como estatinas, aspirina y propidurel para controlar la progresión de las placas y prevenir complicaciones de la Enfermedad Carotídea.