Enfermedad Celiaca: patología autoinmune por rechazo al gluten (P1)
La enfermedad celiaca o EC se presenta como consecuencia del rechazo del cuerpo a un componente de la dieta, llamado Gluten.
Dr. Eduardo Cerda Contreras
La enfermedad celiaca o celiaquía, es una enfermedad crónica inmunológica donde las defensas atacan y destruyen al propio intestino delgado (autoinmunidad) debido a un rechazo permanente a un componente de ciertos cereales, principalmente el trigo, llamado GLUTEN, que afecta a personas con una predisposición genética. Esto quiere decir que la enfermedad requiere de 2 componentes principales: la exposición al gluten de los alimentos (al cual todas las personas están expuestas ya que sus fuentes principales son el trigo, la cebada y el centeno) y una susceptibilidad genética (heredada de los padres) que provoca este daño al intestino, ocasionando falta de absorción de los nutrientes.
Causas desconocidas
Al ser una enfermedad autoinmune no se conocen las causas exactas que la desatan. Lo que sí se conoce es que se requiere de 2 componentes: la exposición al gluten de la dieta y una susceptibilidad o predisposición genética.
Sintomatología
En general, se acepta que existen 3 formas de presentación de la enfermedad:
La EC clásica: cursa con diarrea crónica (mayor a 1 mes), grasa en evacuaciones y mala absorción de nutrientes, lo que ocasiona falta de crecimiento, desnutrición, pérdida de peso, anemia y desmineralización de los huesos, entre otros. Representa aproximadamente la mitad de los casos.
La EC atípica: donde los pacientes presentan manifestaciones diferentes a diarrea. Los síntomas pueden ser intestinales (distensión, datos de “colon irritable”, reflujo), o bien presentarse en otros órganos (depresión, convulsiones, neuropatía, abortos repetidos, infertilidad, fatiga crónica, falta de crecimiento en niños, defectos dentales, alteraciones en el hígado). Esta forma de la enfermedad puede pasar desapercibida por mucho tiempo, atribuyéndose los síntomas a otras enfermedades.
La EC silente: en este tipo es totalmente asintomática y sólo se descubre por medio de exámenes de sangre que se basan en la medición de las sustancias (anticuerpos) que agreden y dañan el propio intestino. Dichos anticuerpos son indicadores de que la enfermedad está presente, aún cuando no hayan causado un daño aparente. Esta forma, como la anterior, también pasa desapercibida y puede dar complicaciones a la larga si no se suspende el gluten de la dieta.