Enfermedad de Parkinson: ¿en qué consiste el diagnóstico?
La Enfermedad de Parkinson es la segunda Enfermedad Crónica Progresiva y Neurodegenerativa en frecuencia después de la Enfermedad de Alzheimer. Por lo general, el 85% de los casos ocurren después de los 65 años.
Este padecimiento no tiene una causa específica, aunque regularmente se le atribuyen factores genéticos y ambientales. La Enfermedad de Parkinson puede existir desde 15 a 20 años previos al diagnóstico, pero es sumamente difícil identificarla en esta etapa premotora. Una vez detectada, se puede asociar a diversos tipos de fluctuaciones motoras, alucinaciones y Deterioro Cognitivo.
Los principales síntomas que hacen sospechar de este padecimiento suelen ser:
- Temblores: sacudidas rítmicas principalmente observadas durante el reposo
- Bradicinesia: movimientos lentos en las actividades cotidianas
- Rigidez muscular de tronco, extremidades y dolor secundario
- Tendencia a encorvarse y dificultad para mantener el equilibrio
- Pérdida de los movimientos automáticos asociados a la marcha
- Microfonía: cambios en el habla, voz suave
- Micrografía: cambios en la escritura, letra pequeña
- Alteraciones en el sueño: Insomnio, pesadillas violentas, alucinaciones
- Cambios en el estado de ánimo: Ansiedad, Depresión o Deterioro Cognitivo
Diagnóstico y tratamiento
En la actualidad no existe una prueba capaz de diferenciar la Enfermedad de Parkinson de otras con características similares, por lo que el diagnóstico se lleva a cabo con criterios clínicos. Principalmente se realiza un interrogatorio intencionado y un examen neurológico. Posteriormente se solicitan estudios para diferenciarlo de otras formas de parkinsonismo.
El tratamiento consiste en una cuidadosa selección del fármaco de acuerdo con las necesidades de cada paciente. Por lo general se indican compuestos de Levodopa, sin embargo en etapas tempranas, se utilizan medicamentos con acción semejante conocidos como agentes dopaminérgicos.
Conforme la enfermedad evoluciona con el tiempo, se utilizan distintos tipos de combinaciones de medicamentos. Además, se puede recurrir a la estimulación cerebral mediante la colocación de electrodos en las partes más profundas del cerebro. Este procedimiento se recomienda únicamente en personas con cursos clínicos prolongados o de difícil control.
Finalmente, las terapias de rehabilitación y marcha son una mejoría adicional a la que se puede llegar con medicamentos.