Epilepsia: una afección multicausal, variable y compleja
Las crisis son el principal síntoma de la Epilepsia, una enfermedad neuronal variable y compleja que requiere de un tratamiento personalizado con base en el tipo de episodios que manifieste, las causas de la afección y la historia clínica de cada persona.
La Epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso, debida a una actividad eléctrica anormal de las neuronas. Cuando se manifiestan por lo menos dos crisis epilépticas que no tengan una causa específica, es decir, que sean inesperadas, espontáneas y que se repitan por lo menos con veinticuatro horas de diferencia entre una y otra, se puede considerar el diagnóstico de esta afección.
Los síntomas de la Epilepsia son principalmente las crisis. Estas pueden ser tan variadas como lugares tiene el cerebro. La manifestación de estos episodios va a depender del lugar en el que se originan y si esta se propaga o se trasmite al resto del cerebro. Para identificarlas, es necesario tener la información de cómo inició y qué fue lo que sucedió. La mayoría son focales, es decir, que inician en una parte específica de un solo hemisferio cerebral.
Durante estos episodios se pueden manifestar los siguientes signos y síntomas:
- Alteración del estado de alerta
- Componentes motores: rigidez, temblores, pérdida de fuerza, sacudidas, automatismos (hacer algo de manera repetitiva) o espasmos
- Componentes no motores: alteraciones en la conducta, palidez, Mareos, sudor excesivo, alteraciones emocionales, deja vu y jamais vu
Las crisis generalizadas son más fáciles de identificar debido a que el cuerpo tiene una manifestación motora crónica. Otros de los signos que pueden acompañar a este tipo de episodio son las ausencias, es decir, la persona se queda con la mirada fija y sin respuesta a ningún estímulo.
Debido a que los síntomas de la Epilepsia son tan complejos y variados, lo más recomendable es mantener una observación cuidadosa de las crisis. En ocasiones, es recomendable que los familiares filmen los episodios para que una persona especialista pueda identificar el inicio y así diagnosticar el tipo de enfermedad e indicar el tratamiento necesario.
Para poder reconocer las causas de la Epilepsia, es necesario revisar la historia clínica de la persona, hacer una exploración física y realizar estudios cerebrales como el Electroencefalograma o la Resonancia Magnética.
Existen causas estructurales cuando se encuentran anomalías visibles en los estudios del cerebro, por ejemplo, malformaciones o Traumatismos. También pueden deberse a un factor genético, tener su origen en una base infecciosa o ser de origen desconocido.
Prevención y Tratamiento
Existen causas de la Epilepsia que sí se pueden prevenir, la primera recomendación es llevar un exhaustivo cuidado cuando existen complicaciones durante el Parto, ya que esto podría dejar secuelas que, a futuro, desarrollen esta afección.
En todos los casos, la prevención tiene que ver con los cuidados que debe tener la persona después de sufrir, por ejemplo, un Traumatismo Craneoencefálico o Enfermedades Infecciosas como la Cisticercosis y Neurosis. La única Epilepsia que no se puede prevenir es la que tiene su origen en un factor genético.
En cuanto al tratamiento, es importante señalar que hasta un 70% de los pacientes tienen un buen control de las crisis con medicamentos antiepilépticos, sin embargo, estos no van a curar la enfermedad. Existen otras opciones y, para poder definir el procedimiento más adecuado, se tiene que tomar en cuenta la historia clínica de la persona y las comorbilidades que pueda presentar (Sobrepeso, Trastornos del Sueño o problemas de conducta).
Todo lo anterior se debe tomar en consideración debido a los efectos secundarios que presentan los medicamentos para controlar la Epilepsia.
En el caso del 30% de las personas que no pueden llevar un control con medicamentos, se tienen que considerar otras opciones de tratamiento, que van desde mantener una Dieta Cetogénica hasta una intervención quirúrgica.
Las personas con diagnóstico de Epilepsia o aquellas que tienen riesgo de ser diagnosticadas con esta enfermedad, deben ser tratadas por una persona especialista en Neurología o, en su defecto, que cuenten con la subespecialidad en Epileptología, ya que tienen un conocimiento más específico de esta patología.