Extirpación de la Glándula Tiroidea
Como toda glándula tiene la capacidad de enquistarse o de hipertrofiarse, de presentar nódulos benignos que funcionan más de lo normal anulando el resto de la glándula
La Glándula Tiroidea tiene forma de mariposa y tiene una función endocrina, esto significa que las hormonas que produce las vierte directamente en la sangre, hallándose bajo el control directo de la glándula hipofisaria que está situada en la silla turca de nuestro cráneo. Se ubica en el cuello en estrecha relación con la tráquea y por debajo del cartílago tiroideo o hueso de la nuez.
También la glándula puede segregar más de lo normal dando lugar a un Hipertiroidismo (Enfermedad de Graves-Basedow) que exigirá tratamiento. Cuando los nódulos ocupan los dos lóbulos dan lugar a un bocio multinodular. Como en todos los órganos de nuestro cuerpo se pueden ocasionar Tumores de carácter Maligno.
La intervención
La Ecografía y la Punción Citológica (PAAF) son las dos pruebas imprescindibles previas a la indicación quirúrgica. Una vez realizadas, se procede a la extirpación quirúrgica. Esta puede ser limitada a un lóbulo siempre que la lesión sea única y benigna. En todos los demás casos la tiroidectomía es total o casi total.
Está indicada en los siguientes casos:
- Nódulo benigno solitario con un tamaño superior a los 30 mm y/o que la citología obtenida por punción observa una celularidad moderada o alta. Cualquiera de las dos circunstancias es suficiente para aconsejar la extirpación quirúrgica
- Bocio multinodular con nódulos que cumplen las condiciones anteriores
- Tiroides hiperfuncionante que no puede controlarse medicamente
- Siempre que exista la sospecha o confirmación de un proceso neoplásico
El principal síntoma es la existencia de un nódulo en el cuello, aunque otras formas de detectar las Enfermedades Tiroideas es la evidencia de una alteración analítica de las hormonas T3 y T4 solicitadas en estudios previos a tratamientos de Obesidad o de Infertilidad.
La Cirugía Tiroidea presenta dos puntos clave que son la preservación de las glándulas paratiroides, que se hallan en número de cuatro y en íntimo contacto con la pared posterior del tiroides, y la visualización para no lesionarlo del nervio recurrente laríngeo, el cual inerva las cuerdas vocales y su lesión da lugar a una afonía temporal o permanente según sea el grado de la lesión. Hay que controlar que no presente un sangrado en las primeras horas posteriores a la cirugía.
Postoperatorio y recuperación
El postoperatorio suele ser rápido y no doloroso. En ocasiones los pacientes aquejan dolor de las cervicales debido a la hiperextensión a que está sometido el cuello durante la cirugía.
Habitualmente, los pacientes a los cuales se les ha practicado una resección parcial, son dados de alta a las 24 horas. En cambio, si se les ha practicado una Tiroidectomía total o subtotal, son dados de alta a las 48 horas, tras comprobarse una calcemia correcta.
Es importante el cuidado de la cicatriz. Al paciente, o bien se le practica una sutura intradérmica, por lo que no precisa que se retiren puntos, o bien la sutura se realiza con un único punto no absorbible y que será retirado a los 10 días. Al ser una zona muy expuesta al sol deberá cuidarla mediante parches de silicona o cremas solares de alta protección. En los casos deTtiroidectomía total se inicia el tratamiento sustitutivo con hormona Tiroidea Oral.