Fracturas: Cómo curarlas y evitar complicaciones
Las Fracturas, definidas como soluciones de continuidad en segmentos óseos, pueden presentarse como rupturas parciales o totales de un hueso.
Este tipo de lesiones pueden originarse por diversas causas, siendo los accidentes, caídas fuertes o Lesiones Deportivas las más comunes. Aunque suelen afectar con mayor frecuencia a extremidades como brazos y piernas, también pueden manifestarse en áreas centrales del cuerpo, como el cráneo, la columna vertebral o la pelvis.
Síntomas comunes y diagnóstico
Los síntomas de una Fractura varían según el tipo de trauma, su localización y el estado de salud previo de la persona. Sin embargo, algunos signos son comunes en la mayoría de los casos, como:
- Edema de partes blandas
- Equimosis
- Impotencia funcional para la movilidad y el apoyo de la extremidad
El diagnóstico se realiza mediante un interrogatorio inicial y una exploración física, seguidos de estudios de gabinete como radiografías y Tomografías Computadas para confirmar la presencia de la fractura.
Tratamientos y enfoques terapéuticos
El tratamiento de una Fractura puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo de factores como la edad del paciente, su actividad, la presencia de comorbilidades y el tipo de fractura.
El enfoque conservador implica el uso de yesos, ortesis o inmovilizaciones, mientras que el tratamiento quirúrgico puede involucrar dispositivos externos (fijadores externos) o internos (placas, tornillos, clavos). La duración del proceso de curación varía de 4 a 12 semanas, influenciada por factores como la salud general del paciente y la presencia de osteoporosis.
Factores clave para una recuperación exitosa
Además del tratamiento médico, algunos factores externos pueden influir en la recuperación de una Fractura. Mantener una dieta saludable rica en calcio, vitaminas y minerales, junto con un adecuado aporte de proteínas, es esencial.
El ejercicio regular, aunque no sea de alto rendimiento, contribuye a fortalecer el sistema óseo. Evitar el consumo excesivo de café, alcohol y tabaco, así como reducir el riesgo de caídas mediante el uso de calzado con suela antiderrapante y la instalación de barandales y tapetes antiderrapantes en el hogar, son medidas preventivas clave.