Ginecólogo y Médico Materno Fetal: conoce las diferencias de estas especialidades
El enfoque es proporcionar la atención más especializada posible a estas pacientes, incluyendo aquellas que necesiten ser ingresadas en una unidad de cuidados intensivos.
Tipo de atención que brinda un Médico Materno Fetal
En esta especialidad se tratan dos aspectos importantes: la salud de la mamá y del bebé. Son Ginecólogos de formación, habiendo completado cuatro años de estudio en Ginecología. Sin embargo, la subespecialidad en Medicina Materno-Fetal enfoca directamente en la salud materna y del bebé, especialmente durante el embarazo.
Atención integral del binomio mamá-bebé
Se ofrece una atención integral al binomio mamá-bebé, asegurando que tanto la madre como el bebé mantengan una buena salud, incluso en situaciones complicadas o extremas. El objetivo es concluir el embarazo con una madre sana y un bebé sano. Se atienden enfermedades maternas y fetales, Malformaciones Congénitas, y se realizan diagnósticos tempranos de afecciones como el Síndrome de Down, Preeclampsia, Parto Prematuro y restricción del crecimiento.
Diagnosticar tempranamente permite ofrecer herramientas a las pacientes, como recomendaciones de alimentación, ejercicio, suplementos alimenticios y medicamentos que puedan prevenir complicaciones. Este enfoque temprano también facilita un tratamiento personalizado, ya que no todas las pacientes tienen el mismo riesgo de complicaciones durante el embarazo. Por lo tanto, se individualiza cada caso, desde el número de consultas y los medicamentos hasta el momento y la vía de interrupción del embarazo.
Beneficios de ambos especialistas
Es crucial acudir tanto al Ginecólogo como al especialista en Medicina Materno-Fetal. Aunque todos los Médicos Materno-Fetales son Ginecólogos de formación, el enfoque no se centra en procedimientos como la Colposcopía, el Papanicolau o la detección temprana de enfermedades como el Cáncer de Mama o de Cuello Uterino. Estas son competencias propias del Ginecólogo, quien se encarga de la salud general de la mujer en todas las etapas de su vida.
Por otro lado, los especialistas Materno-Fetales se dedican principalmente a la atención durante el embarazo, especialmente en Embarazos de Alto Riesgo o en el Diagnóstico Prenatal. La experiencia de estos especialistas es esencial para garantizar un tratamiento integral de las pacientes embarazadas, ya que cuentan con un enfoque especializado en la salud de la mujer embarazada y su feto.
¿Cuándo es necesario acudir con un Ginecólogo y cuándo con un Médico Materno Fetal?
Los Ginecólogos están generalmente preparados para manejar Embarazos normales. Sin embargo, cuando se trata de Embarazos de Alto Riesgo o con antecedentes de enfermedades como Diabetes, Hipertensión, Enfermedades Tiroideas, Renales o Cardíacas, lo ideal es buscar atención con un especialista Materno-Fetal. También es recomendable cuando hay antecedentes de complicaciones en embarazos previos o cuando existen riesgos elevados de resultados adversos.
Asimismo, todas aquellas pacientes con diagnósticos anómalos en el feto, como Malformaciones Congénitas, síndromes o alteraciones del crecimiento, deben ser manejadas por un Médico Materno-Fetal desde el principio hasta el final del Embarazo.
Además, los Médicos Materno-Fetales realizan ultrasonidos altamente especializados en el primer, segundo y tercer trimestre del Embarazo. Aunque el control prenatal sea llevado por un ginecólogo debido a que se trate de un embarazo de bajo riesgo, se recomienda tener al menos tres consultas con un materno-fetal para estos ultrasonidos:
- Ultrasonido genético o estructural de primer trimestre: entre las 11 y las 14 semanas
- Ultrasonido estructural de segundo trimestre: entre las 18 y 22 semanas
- Ultrasonido de crecimiento y Doppler de tercer trimestre: generalmente alrededor de las 30 semanas, entre las 28 y 34 semanas, según las recomendaciones del Ginecólogo
Casos especiales y atención crítica
Los Médicos Materno-Fetales también tratan a pacientes en situaciones críticas, como aquellas que requieren terapia intensiva durante o después del nacimiento debido a Preeclampsia, Hemorragia, Sepsis u otras complicaciones maternas graves. El enfoque es proporcionar la atención más especializada posible a estas pacientes, incluyendo aquellas que necesiten ser ingresadas en una unidad de cuidados intensivos.