Glaucoma: deterioro de la vista de manera permanente
El glaucoma se caracteriza por ser un grupo de enfermedades oculares que dañan progresivamente el nervio óptico, deteriorando la visión de manera permanente.
¿Quién es más propenso a padecer glaucoma?
El glaucoma afecta a más de 70 millones de personas en el mundo y se considera la principal causa de ceguera irreversible, en el 10% de los casos la ceguera es en ambos ojos. Ante la aparición de los primeros síntomas es necesario acudir con un oftalmólogo certificado.
Quienes son más propensos a padecer esta enfermedad son: personas de edad avanzada, herencia, tener un familiar con la enfermedad y/o historia familiar de glaucoma o por el uso de ciertos medicamentos aplicados en el ojo de forma prolongada. El glaucoma de ángulo cerrado es más frecuente en mujeres, personas de origen asiático y en aquellos con ojo más pequeño.
¿Por qué me puede suceder?
En el ojo la presión ocular se genera por el balance que existe entre la formación del humor acuoso (líquido transparente que sirve para el adecuado funcionamiento y nutrición de las estructuras transparentes del globo ocular) y el drenaje (salida) a través de diversos mecanismos.
Al existir glaucoma, el paciente presentará una disminución en el drenaje del humor acuoso, lo que genera un incremento sostenido de la presión ocular. Esto ocasiona estrés mecánico y daño en el nervio óptico de forma gradual y progresiva afectando la visión de forma permanente.
Sin embargo, la presión ocular puede no encontrarse elevada en el 25-50% de los pacientes al momento del diagnóstico, de aquí la importancia de realizarse chequeos médicos.
En glaucoma secundario existe antecedente de traumatismo en el ojo, uso de medicamentos, enfermedades por inflamación ocular y antecedente de cirugía en el ojo afectado.
Prevención y tratamiento
Para prevenir la enfermedad o detectarla de forma oportuna, el paciente debe acudir a consulta cada 4 años y a partir de los 65 años cada 2 años, con ello se busca evitar daño permanente a la visión. También es recomendable sólo aplicar medicamentos o gotas que un experto recomiende.
El tratamiento adecuado consiste en:
- Medicamentos (gotas oftálmicas): Disminuyen la presión ocular aplicadas de forma individual o en conjunto con otros tratamientos
- Cirugía: Si los medicamentos no funcionan se requiere la cirugía para el control de la enfermedad
- Procedimientos médicos con láser: Se realizan para lograr el control de la presión ocular