Glaucoma: enfermedad silenciosa de la visión (Parte 2)
El surgimiento del glaucoma es multifactorial, el más peligroso es el glaucoma diabético o el neovascular, este se da cuando la presión sube en el transcurso de poco tiempo y se presentan síntomas como ojo rojo y dolor.
¿Qué puede causar la aparición del glaucoma?
El glaucoma puede tener sus causas de manera congénita, o bien, por el desarrollo del niño o del adolescente, es decir a los 5, a los 10, a los 15 años, etcétera. Otro factor es el que está relacionado con medicamentos, pues al igual que las cataratas, el surgimiento del glaucoma se puede relacionar con el uso de cortisona sin prescripción médica. Este padecimiento debe ser tratado a la brevedad por un oftalmólogo certificado.
El glaucoma también puede surgir por golpes fuertes como patadas, puñetazos, accidentes automovilísticos, entre otros. Se da también por derramamiento de pigmento. Esto quiere decir que el ojo (el iris) tiene pigmento que le proporciona su color. Si este pigmento se suelta, se acumula en el drenaje del ojo y la presión del ojo sube, lo cual ocasiona el glaucoma.
Tipos de glaucoma y sus características
Existen varios tipos de glaucoma, uno es el que se conoce como el glaucoma primario de ángulo abierto, que es donde se afecta la presión intraocular, el campo visual y el nervio óptico. Por otro lado, está el glaucoma de ángulo cerrado, en el cual el sistema de drenaje se tapa, debido a que el iris es tan grande que tapa el drenaje del ojo y aumenta progresivamente la presión.
También está el glaucoma diabético o el neovascular, que es de los más peligrosos y se da cuando la presión sube en el transcurso de poco tiempo. En éste se presentan síntomas como ojo rojo y dolor; y es una de las pocas urgencias médicas en las que se requiere la intervención de inmediato.
Tratamientos, desde medicamentos hasta cirugía
El tratamiento para el glaucoma es multidisciplinario. Se comienza con medicamentos para reducir la presión intraocular. Si esto no es suficiente, existe un procedimiento con láser que se dirige hacia la zona de drenaje del ojo, que es la malla trabecular, la cual sirve para bajar la presión entre un 25 y un 30 por ciento.
En casos más complicados se recurre a las cirugías como la trabeculectomía, la cual consiste en crear una ventana en el ojo, como una pequeña cisterna, la cual permite que el líquido que está acumulado en el interior de ojo se drene hacia la conjuntiva y, de ahí, hacia el sistema. Si esto no funciona o se trata de pacientes con glaucomas inflamatorios como la uveítis o la neovascular, se puede hacer una válvula.
La válvula se conecta en el grosor o en el espesor del ojo, en el ecuador, y se usa un pequeño tubo que se introduce a la cámara anterior entre la córnea y el iris, permitiendo que el humor acuoso que está acumulado pase a la válvula y la válvula al sistema. Todos estos tratamientos son muy precisos, tienen muy buenos resultados y permiten al paciente con glaucoma conservar su visión durante muchos más años.