Hemodiálisis: un tratamiento de sustitución renal
Tanto la Diálisis como la Hemodiálisis son terapias de sustitución renal, la diferencia es que en la primera se utiliza la membrana peritoneal, se puede realizar en casa y el Catéter va en el abdomen, mientras que la segunda se realiza por una máquina con un filtro artificial, debe realizarse en un centro especializado y el Catéter se coloca en el cuello.
Estas técnicas se emplean para filtrar la sangre y eliminar el exceso de líquidos y productos de desecho del cuerpo a través de un Catéter. Los riesgos de someterse a estos tratamientos son:
- Hipotensión
- Calambres
- Cefaleas
- Dolor en el pecho
- Náuseas
- Vómitos
La Diálisis y Hemodiálisis se indican cuando la persona está en etapa terminal de la enfermedad, es decir, que la tasa de filtrado glomerular se encuentra menor a 15 ml/min y existe una mayor acumulación de sustancias de desecho en el cuerpo.
Una vez que termina el tratamiento, la persona tiene una menor cantidad de sustancias de desecho. Sin embargo, debe continuar con el control de la alimentación y de los líquidos.
Ambos tratamientos, tanto la Diálisis como la Hemodiálisis, son una opción disponible para personas con Enfermedad Renal. Para saber cuál es el más indicado de acuerdo con la condición médica y social del paciente, se debe acudir con una persona especialista en materia.