Hemodiálisis y Diálisis Peritoneal: Terapias Vitales para la Insuficiencia Renal
La Hemodiálisis y la Diálisis Peritoneal son terapias esenciales para el manejo de la Insuficiencia Renal Avanzada.
La Hemodiálisis es un proceso en el cual el paciente se conecta a una máquina que actúa como un riñón externo. La sangre del paciente se extrae, pasa por un filtro y se purifica, eliminando toxinas y exceso de líquidos. El objetivo principal es deshacerse de sustancias dañinas acumuladas en el cuerpo y restablecer el equilibrio de electrolitos como el sodio, calcio, fósforo y potasio.
Sintomatología en el proceso
Durante las sesiones, generalmente no hay síntomas notables. Sin embargo, posteriormente al tratamiento, algunos pacientes sienten Dolores de Cabeza o Náuseas leves.
En fases crónicas y continuas, los síntomas son mínimos. La mayoría de personas con Enfermedad Renal Crónica en etapa 5 son candidatos para la Hemodiálisis.
Diferencia entre Hemodiálisis y Diálisis Peritoneal
La diferencia entre ambas terapias radica en el proceso y el acceso vascular. En la Hemodiálisis, se utiliza un catéter o una fístula, para extraer la sangre y purificarla externamente.
En cambio, la Diálisis Peritoneal implica la introducción de un líquido especial en el abdomen del paciente, que no entra en contacto con la sangre. Este líquido elimina toxinas y exceso de líquidos a través del peritoneo.
Un Nefrólogo es el indicado para determinar si es necesario someterse a una terapia de sustitución renal. El especialista evaluará el estado del paciente y recomendará el tratamiento más adecuado.
Revisiones periódicas
Los pacientes sometidos a Hemodiálisis deben acudir a sus sesiones de forma regular, generalmente son tres veces por semana. Por otro lado, aquellos que utilizan Diálisis deben comprometerse a seguir el tratamiento de manera constante, ya que puede requerir aplicaciones diarias.
La frecuencia y la modalidad de tratamiento dependerán de las necesidades individuales.