Hepatitis crónica: inflamación persistente del hígado
La inflamación del hígado por más de 6 meses se le denomina hepatitis crónica y sus causas más comunes son virales, ingesta de alcohol, metabólicas, algunos medicamentos y autoinmunes.
¿Qué es la hepatitis crónica?
La hepatitis crónica es la inflamación del hígado por más de 6 meses, se manifiesta por la elevación persistente de las enzimas hepáticas durante este lapso. La inflamación crónica persistente del hígado lleva a fibrosis del mismo y, de no manejarse, a la cirrosis, este padecimiento puede ser atendido por un gastroenterólogo.
Las causas más comunes son virales (VHC y VHB), ingesta de alcohol, metabólicas, algunos medicamentos y autoinmunes.
Se clasifica dependiendo su causa, su grado de actividad histológica y en el grado de progresión o etapa de la enfermedad. Para establecer el grado de actividad y el grado de progresión se requiere de una muestra de tejido (biopsia). Dependiendo el grado de actividad o de inflamación se clasificará como leve, moderada o severa. El grado de progresión o etapa dependerá del contenido de fibrosis en la muestra.
Asintomática o con síntomas inespecíficos
Los síntomas dependen de la causa subyacente. Generalmente suele ser asintomática o con síntomas inespecíficos como cansancio y fatiga. Gran parte de estos pacientes se descubren durante estudios de laboratorio de rutina, en los cuales muestran elevación de las enzimas hepáticas (aspartato aminotransferasa y/o alanino aminotransferasa) por lo menos 3 veces su valor normal.
La importancia de determinar la causa
El tratamiento depende de la causa que esté ocasionando la inflamación crónica del hígado. En el caso de virus de hepatitis C o B el manejo se basa en antivirales. En el caso de una hepatitis crónica autoinmune el manejo es a base de inmunosupresores. Lo importante es manejar la causa que esté originando la inflamación crónica antes de que éste llegue a la cirrosis.
La cura también depende de la causa de la inflamación. Por ejemplo, en el caso de una hepatitis crónica secundaria a ingesta de alcohol, si se suspende la ingesta del mismo antes de llegar a la cirrosis el paciente tiene altas probabilidades de no llegar a la cirrosis.
Prevenible en la mayoría de los casos
En muchos casos se puede prevenir. En el caso del virus de la hepatitis B la mejor forma de prevención es la vacunación, por lo que todo mundo debe de vacunarse ya que las principales vías de infección son la sexual y la sanguínea. Desafortunadamente para el virus de la hepatitis C todavía no existe una vacuna, por lo que seguirán existiendo en el futuro casos nuevos. En el caso del hígado graso no alcohólico, uno de los principales factores de riesgo detectados es la obesidad, por lo que es muy importante prevenir el sobrepeso.