Hernia Inguinal: identifica cuando se debe intervenir
Protuberancia o bulto que se produce en la ingle cuando una parte del intestino u otro órgano abdominal empuja a través de un punto débil en los músculos abdominales.
¿Qué técnicas o cirugías se utilizan para reparar una Hernia Inguinal?
Actualmente, se identifican dos técnicas principales para la reparación de la Hernia Inguinal: la técnica convencional y la de Mínima Invasión.
La técnica convencional, conocida por el público general como hernioplastía abierta, tiene más de 100 años de usarse. En este procedimiento, se realizan incisiones en la región inguinal, que es la zona del cuerpo que conecta el vientre con el muslo. A través de una incisión de 10 a 15 cm, se repara la Hernia.
Las Técnicas de Mínima Invasión pueden dividirse en dos tipos: la Cirugía Laparoscópica convencional y la Cirugía Robótica. Ambas técnicas ofrecen excelentes resultados.
Hace 10 años, existía cierta resistencia hacia la Hernioplastía inguinal por laparoscopia debido a los costos y la falta de evidencia que demostrara mejores resultados en comparación con la técnica abierta. Sin embargo, hoy en día, se acepta que, si es posible realizar la reparación por mínima invasión, es preferible optar por esta opción.
Un aspecto importante a considerar es que la Cirugía Laparoscópica, por lo general, requiere anestesia general. Aunque también puede realizarse con anestesia regional, la cirugía convencional o abierta puede llevarse a cabo incluso con anestesia local, lo que implica un menor costo para el paciente.
¿Qué tamaño debe tener una Hernia Inguinal para requerir una cirugía?
El tamaño de la Hernia es relevante cuando se considera la reparación. La Hernia se genera como un defecto en la pared abdominal, una especie de ojal que debilita la zona y permite el abultamiento hacia el exterior. Este abultamiento, que puede ser detectado por el paciente en la región inguinal, justifica la reparación. Las Hernias con un defecto de 1 cm o más requieren tratamiento.
Es importante mencionar que algunos pacientes pueden tener Hernias detectadas en imágenes durante un chequeo sin presentar un abultamiento clínico ni molestias. En estos casos, la cirugía no se recomienda a menos que haya síntomas como dolor en la zona inguinal.
¿En qué casos se recomienda la Cirugía Laparoscópica para reparar una hernia?
Hoy en día, la Cirugía Laparoscópica es el estándar de oro en el tratamiento de las Hernias Inguinales. Alrededor del 95% de las Hernias Inguinales se reparan por Laparoscopía, independientemente del tamaño de la Hernia. Anteriormente, se pensaba que las Hernias grandes, con defectos de más de 5 cm, no eran candidatas a Cirugía Laparoscópica, pero hoy existen técnicas que permiten reparar hernias de gran tamaño.
Sin embargo, en casos de hernias extremadamente grandes que provocan un fenómeno conocido como pérdida de dominio, el abordaje cambia. Este tipo de Hernia requiere una preparación especial del paciente para asegurar el éxito de la cirugía.
¿Qué otros factores pueden influir para utilizar malla en la reparación de la Hernia?
Actualmente, se considera estándar colocar prótesis, conocidas como mallas, en todos los defectos herniarios. Aunque hay casos específicos, como infecciones o perforaciones, en los que no se recomienda el uso de malla, en pacientes sin factores de riesgo para complicaciones, la malla es una herramienta fundamental. La malla permite realizar una reparación libre de tensión, lo que reduce el riesgo de recurrencia de la Hernia.
¿Una vez realizada la reparación puede llegar a haber complicaciones a largo plazo?
La principal complicación que se busca evitar es la recurrencia de la Hernia. Anteriormente, se utilizaban mallas más pequeñas para reparar los defectos, pero hoy en día se utilizan mallas más grandes, dejando alrededor de 3 cm de borde fuera del defecto para reducir el riesgo de recurrencia.
Además, tras el tratamiento de Hernias grandes, se recomienda evitar esfuerzos, Estreñimiento y actividades que incrementen la presión abdominal, como levantar objetos pesados o realizar ejercicios intensos, durante al menos seis semanas.
Tanto la Cirugía Abierta como la Laparoscópica pueden implicar riesgos de sangrado e infección. Sin embargo, con una buena técnica perioperatoria (antes, durante y después de la cirugía), estos riesgos se minimizan significativamente.
En el caso de Hernias muy grandes, que se extienden desde la ingle hasta los labios mayores en mujeres o el escroto en hombres, una posible complicación es el seroma, que es la acumulación de líquido donde estaba el saco herniario. Afortunadamente, esto suele resolverse sin complicaciones adicionales.
¿Puede existir alternativas a la cirugía para el tratamiento de la Hernia Inguinal?
Las contraindicaciones para la cirugía son bastante específicas. Pacientes con alto riesgo cardíaco o pulmonar, o aquellos con enfermedades terminales, no suelen ser candidatos para cirugía de Hernia. En estos casos, se puede considerar un manejo médico basado en fajas o bragueros.
Es importante señalar que, aunque es poco frecuente, el estado físico del paciente puede alertar al cirujano sobre posibles complicaciones posoperatorias, como Hematomas, Seromas o infecciones. Es crucial que el paciente esté informado sobre estos riesgos, ya que existen tratamientos disponibles en caso de que ocurran complicaciones.
¿Qué cuidados se deben tener después de la cirugía para evitar complicaciones?
A pesar de la posible incomodidad y el dolor posoperatorio, la Cirugía de Mínima Invasión permite una rápida recuperación. Los pacientes generalmente pueden caminar a la semana de la cirugía y reincorporarse a sus actividades laborales rápidamente. A las tres semanas, pueden realizar caminatas deportivas, y a las seis semanas pueden realizar actividades deportivas más intensas.
El seguimiento cercano del paciente es esencial para asegurarse de que no realice actividades que puedan afectar la reparación.