Hernioplastia inguinal: corrección quirúrgica de múltiples técnicas
La hernipolastia inguinal se puede realizar por medio de instrumental quirúrgico convencional, o por medio de técnicas de mínima invasión conocidas como laparoscópicas
Dr. Joaquín Eugenio Guarneros Zárate
La hernioplastia inguinal es el término que se le da al procedimiento quirúrgico que busca el reparar un defecto herniario en la región inguinal. La base anatomopatológica que determina la presencia de una hernia en la región inguinal es compleja y ha sido objeto del estudio y la innovación de los cirujanos durante siglos. La complejidad del problema hace que existan múltiples maneras de dar solución a una hernia inguinal, desde el punto de vista técnico. Vale la pena aclarar en esta introducción el mal uso ortográfico y gramatical del término hernioplastia, ya que el término no debe escribirse ni pronunciarse como grave. Este error es uno de múltiples errores gramaticales encontrado en el uso del léxico utilizado entre los médicos latinoamericanos.
2 técnicas de tratamiento: De tensión y con malla
Las diferentes técnicas actuales para la reparación de la región inguinal se pueden dividir en: técnicas con tensión y técnicas con malla. La utilización de material ajeno al organismo o protésico en la forma de mallas, representa un parteaguas en la historia de la cirugía desde los últimos 50 años. Existen más de 100 marcas comerciales de mallas en México, con distintos tipos de materiales y formas. Existen ventajas y desventajas de utilizar dichos materiales, pero su sobreuso injustificado ha ocasionado un aumento significativo de complicaciones. La decisión de utilizarlas debe ser individualizada a las características propias de cada paciente.
El aumento exponencial de complicaciones posquirúrgicas tras una hernipolastia inguinal con malla obedece a la falta de conocimiento de las propiedades específicas de cada malla en muchos cirujanos, y a la no individualización de la cirugía para cada paciente.
Eligiendo la mejor manera de realizar la hernioplastia inguinal
La hernipolastia inguinal se puede realizar por medio de instrumental quirúrgico convencional, o por medio de técnicas de mínima invasión conocidas como laparoscópicas. Ambos abordajes, abierto o laparoscópico, confieren ventajas y desventajas únicas, que deben ser explicadas con detalle al paciente para poder escoger la mejor alternativa en cada caso.
Como todo procedimiento quirúrgico, la hernioplastia inguinal no se encuentra exenta de complicaciones. Estas derivan tanto del procedimiento anestésico utilizado como de la técnica quirúrgica misma. En manos expertas, estos riesgos se minimizan al máximo, pero no se puede llegar a un cero. Una de las complicaciones más comunes es el dolor inguinal persistente, o inguinodinia, derivado de la lesión de nervios sensitivos que pasan por la región inguinal. Una inflamación excesiva o migración de la malla puede ocasionar este problema. La infección de la herida y la recurrencia son también eventos que deben ser vigilados y corregidos adecuadamente.
Durante y después de la hernioplastia inguinal
La corrección quirúrgica de una hernia inguinal debe ser realizada por manos expertas, buscando disminuir al máximo los riesgos inherentes al procedimiento.
El postoperatorio de una hernioplastia inguinal es muy benigno. Se requieren de analgésicos, y algunas veces de antibióticos, durante 1 semana. Debido al proceso conocido como integración de la malla, se debe tener cuidado de no hacer esfuerzos abdominales, movimientos súbitos o ejercicio durante aproximadamente 1 mes. Posterior a eso se puede regresar progresivamente a las actividades normales del paciente. Pacientes con trabajos de oficina o con un estilo de vida sedentario pueden regresar a sus actividades normales desde el día posterior a la cirugía.