Hiperhidrosis y sus afecciones emocionales
La afección emocional de la Hiperhidrosis a la personalidad del paciente es muy variada. Hay gente que puede estar escurriendo de sudor y por sus actividades, no le afecta; pero la gran mayoría, presentarán incomodidad de diferentes grados hasta llegar a la forma grave e incapacitante.
Dr. Miguel Ángel Padilla González
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La afección emocional de la hiperhidrosis a la personalidad del paciente es muy variada. Hay gente que puede estar escurriendo de sudor y por sus actividades, no le afecta; pero la gran mayoría, presentarán incomodidad de diferentes grados hasta llegar a la forma grave e incapacitante donde no pueden realizar actividades comunes o cotidianas, tal es el caso del sudor de las manos.
Problema emocional por la hiperhidrosis
El problema emocional se finca desde el mismo inicio en que el paciente percibe su incomodidad y acude con sus familiares y amigos cercanos, los cuales solo le recriminan que su nerviosismo: "sudas por qué eres nervioso" o "estás enfermo de los nervios y no lo puedes controlar".
Ante esto, el afectado queda inmerso en un conflicto porque el paciente sabe que puede sudar aunque no esté nervioso, conflicto basado en que no le creen a la persona afectada y ahí mismo siembra sus traumas, complejos, frustraciones, limitaciones y rechazo a diferentes actividades físicas, deportivas, sociales y culturales. Al sentirse incomprendidos, los pacientes pasan al siguiente nivel de afección donde se limita su seguridad, confianza, autoestima y capacidad de desempeño en cualquier actividad o etapa de desarrollo. Esto provoca deserción y abandono de diferentes actividades escolares, sociales y culturales, siendo pacientes con rechazo grave, principalmente de ellos a la sociedad, más no de la sociedad a ellos.
En las personas adultas quienes desarrollan una actividad laboral sus actividades son afectadas marcadamente, aunque trabajan, lo hacen de manera muy limitada. Por supuesto con rechazo en su desempeño social y ante la incapacidad de sostener relaciones interpersonales (solteros sin parejas), la afección personal es mucho mayor.
Existen muchos ejemplos de situaciones donde el sudor, más a allá de ser una limitante, es una forma incapacitante del desarrollo de una profesión o actividad económica. Por ejemplo, los casos más significativos son aquellos en los cuales la actividad laboral está ligada a la hiperhidrosis, es decir, el sudor de manos en un dentista: mano enguantada y escurriendo de sudor; sudor de manos en un arquitecto: moja los papeles; sudor de manos en un jefe de relaciones públicas con sudor grave de axila, mano o cara; y así muchos ejemplos de situaciones.
En el aspecto social, son pacientes que viven rechazando la sociedad y círculos amistosos todo el tiempo, y al final del día se recluyen en un mundo cerrado hermético donde no permiten la entrada de nadie, por eso, muchos caen en obsesiones, compulsiones y aislamiento social. Es gente que se siente incomprendida y que nadie entiende su problema.
Es por ello que varios de estos pacientes acuden a mi consulta creyendo padecer de crisis ansiosa o trastorno de ansiedad, pero ninguno de estos padecimientos es culpable de sus desgracias, si existiera alguno, sería el sudor anormal llamado hiperhidrosis.