Histeroscopia y laparoscopia: procedimientos poco invasivos
La histeroscopia es un procedimiento útil para visualizar la cavidad del útero e identificar patologías y problemas que puedan afectarlo. La laparoscopia sirve para diagnosticar y tratar diversas patologías con la ventaja de que la recuperación es rápida.
¿Qué es una histeroscopia?
La histeroscopia es un procedimiento en donde se utiliza una cámara para poder mirar dentro de la cavidad del útero, lo que permite diagnosticar y/o resolver ciertas patologías y problemas que pueden afectar a este órgano, este procedimiento debe de ser realizado por un ginecólogo certificado.
Las causas por las que se realiza, generalmente, es por problemas que pueden ocasionar sangrados y/o infertilidad, tales como pólipos, miomas, lesiones pre cancerígenas, lesiones cancerígenas, DIU traslocado, malformaciones y/o alteraciones anatómicas.
Debe ser realizado por un médico certificado
Este procedimiento se realiza en el hospital, bajo anestesia o sedación únicamente (dependerá de cada caso). Se coloca a la paciente en posición ginecológica y, de la misma forma que se realiza la toma de papanicolau, se introduce una cámara muy delgada que, junto con un medio de distensión (líquido), permitirá realizar el diagnóstico y/o la extirpación del problema en cuestión. El procedimiento toma aproximadamente 1 hora y posterior a un periodo de recuperación (2 a 4 horas) y, dependiendo de cada caso, la paciente podrá retirarse a su casa
Como todo procedimiento este no se encuentra exento de riesgos, razón por la cual es muy importante, que quien realice una histeroscopia sea un médico certificado y con el entrenamiento adecuado para ello, pues esto reduce considerablemente el porcentaje de accidentes y complicaciones.
Laparoscopia
Por su parte la laparoscopia es un procedimiento en donde se utiliza una cámara pequeña (5-10 mm), que se introduce por el ombligo para poder mirar dentro de la cavidad abdominal, lo que permite diagnosticar y/o resolver ciertas patologías y problemas que pueden afectar al útero, trompas de falopio y/o ovarios, entre otras cosas.
Debe realizarse por problemas que pueden ocasionar sangrados, dolor y/o infertilidad tales como miomas, endometriosis, quistes en ovario/s, embarazo ectópico, sangrados, entre otros.
Para diagnóstico y tratamiento
Este procedimiento se realiza en el hospital, bajo anestesia general. Se coloca la paciente en posición ginecológica y se introduce una cámara muy delgada (5-10 mm) por el ombligo, que junto con un medio de distensión (GAS), permitirá realizar el diagnóstico y/o la extirpación del problema en cuestión.
Este es un procedimiento muy versátil, pues su utilidad es desde fines diagnósticos hasta procedimientos tan grandes como una histerectomía (quitar el útero), con la ventaja que la recuperación es considerablemente más rápida (la mitad de tiempo) que cuando se realizan estos mismos procedimientos mediante una incisión en el abdomen.
Además cuenta con el beneficio estético, pues solo se realizan de 3 a 4 incisiones (5-10 mm), en lugar de heridas de 10 centímetros o incluso mayores. La duración del procedimiento va en relación de la razón del mismo, pudiendo durar (según el procedimiento) desde 30 minutos hasta 3 horas.
Recuperación rápida
Posterior a la cirugía el tiempo de estancia intra hospitalaria de la paciente podrá ser entre 24 a 72 horas, dependiendo del problema que se le resolvió por vía laparoscópica.
Como todo procedimiento, la laparoscopia no se encuentra exento de riesgos, razón por la cual es muy importante que quien realice una laparoscopia sea un médico certificado y con el entrenamiento adecuado para ello, pues esto reduce considerablemente el porcentaje de accidentes y complicaciones.