Infecciones de Origen Dental: Un peligro subestimado
Las infecciones de origen dental son procesos ocasionados por bacterias cuando comienzan a agruparse. Existen varios tipos de infecciones, siendo las infecciones pulpares y periodontales las más comunes.
Es fundamental comprender que la boca está naturalmente poblada por bacterias, y si permitimos que estas se organicen y se acumulen en grandes cantidades, podemos desencadenar procesos infecciosos.
Incluso las caries, que a menudo pasan desapercibidas, son procesos infecciosos que, cuando las bacterias se organizan y destruyen el esmalte, pueden progresar hacia la dentina y el nervio, dando lugar a infecciones dentales que pueden requerir hospitalización.
Síntomas y tipos de infecciones
Los síntomas de las infecciones dentales varían según el tipo de infección. En las infecciones periodontales, los primeros signos pueden incluir:
- Sangrado de las encías
- Presencia de un exudado blanco o amarillento
Por otro lado, en las infecciones pulpares, se puede desarrollar lo que comúnmente se conoce como postemillas, caracterizado por la salida de pus en la boca, similar a un barrito. Además, estas infecciones pueden causar un aumento de volumen en la zona afectada.
Es importante destacar que no debemos esperar a que los síntomas sean graves antes de buscar atención médica. Incluso un ligero dolor o inflamación deben ser señales para consultar a un dentista general.
Tratamiento y complicaciones
Los tratamientos para las infecciones dentales generalmente involucran el uso de antibióticos. En algunos casos, puede ser necesario combinar dos o más antibióticos para asegurar una respuesta efectiva. Además, en presencia de un absceso, se puede realizar un drenaje para aliviar la acumulación de pus.
En situaciones más graves, como infecciones pulpares, puede ser necesario un tratamiento de conducto o incluso la extracción del diente afectado.
Las complicaciones de las infecciones de origen dental pueden ser graves. Desde infecciones crónicas, como la osteomielitis, hasta abscesos extensos que ponen en peligro la vida del paciente. Por lo tanto, es esencial abordar estas infecciones de manera oportuna y efectiva.
Prevención y cuidado dental
La prevención es clave en la lucha contra las infecciones dentales. Mantener una excelente higiene bucal es fundamental y nunca debe pasarse por alto. Esto implica una técnica de cepillado adecuada, el uso regular de hilo dental y enjuague bucal.
Además, las pastillas reveladoras pueden ser útiles para identificar áreas donde la placa dentobacteriana se acumula con mayor frecuencia, lo que ayuda a mejorar la limpieza.
Además de la higiene personal, las revisiones dentales periódicas son cruciales. Se recomienda visitar a un dentista general cada seis meses. Estas revisiones son fundamentales para detectar y abordar cualquier proceso infeccioso antes de que se agrave.
Especialistas en el tratamiento dental
Las infecciones de origen dental son a menudo subestimadas y, a veces, pasan desapercibidas hasta que se vuelven graves. No obstante, es importante recordar que una infección no tratada adecuadamente puede tener consecuencias graves, incluso poner en peligro la vida del paciente.
Cuando se trata de infecciones dentales, es importante saber a quién recurrir. Para una revisión general, un Dentista de práctica general es adecuado.
Sin embargo, si el problema involucra los tejidos de soporte de los dientes, se debe consultar a un Periodoncista. Si la infección se origina en el nervio del diente, un endodoncista es el especialista adecuado. En casos de infecciones graves, como abscesos extensos, un Cirujano Maxilofacial puede ser necesario.