La migraña: definición y tratamiento
La Migraña o Jaqueca es una de las Cefaleas (Dolores de Cabeza) más frecuentes en la población y, sin duda alguna, la que mayores repercusiones tiene, tanto en el enfermo que la padece como en su ámbito social y laboral
La Migraña o Jaqueca es una de las Cefaleas (Dolores de Cabeza) más frecuentes en la población y, sin duda alguna, la que mayores repercusiones tiene, tanto en el enfermo que la padece como en su ámbito social y laboral.
Afecta aproximadamente a un 12% de la población, con prevalencia en el sexo femenino, generalmente en edad laboral, lo que conlleva una gran repercusión económica y en su calidad de vida.
Tipos de Migraña
Los tipos de Migraña más frecuentes son: la Migraña sin Aura, con Aura o la Migraña con y sin Aura, que es una mezcla de las dos anteriores.
Síntomas
Generalmente la Migraña produce dolor intenso en un lado de la cabeza (aunque no siempre) con características de martilleo o golpeteo. Se acompaña de Náuseas, Vómitos, Sensibilidad especial a la luz y ruidos, lo que obliga al enfermo a acostarse en un cuarto oscuro y silencioso, interfiriendo con sus actividades.
En ocasiones el dolor se precede o acompaña de Alteraciones Visuales (luces, destellos, manchas, disminución de agudeza visual, etc.), sensaciones de “acorchamiento” o pérdida de fuerza en la cara o extremidades, Mareos e incluso Alteraciones del Lenguaje, que se conocen con el nombre de Aura Migrañosa aunque, generalmente, son transitorias, y desaparecen en menos de 60 minutos, siendo causadas por alteraciones eléctricas y circulatorias que afectan a ciertas áreas del cerebro.
Causas
El origen de la Migraña está en el Sistema Nervioso, debido a una respuesta anormal y genéticamente determinada de ciertos núcleos del cerebro ante diversos estímulos. Éstos pueden ser internos, como los cambios hormonales, o ambientales, iniciándose así una cascada de acontecimientos que conllevan cambios en sustancias químicas llamadas “neurotransmisores”, que finalmente inducen alteraciones en los vasos sanguíneos (como dilatación e inflamación de la pared de los mismos), generando así el dolor y los síntomas asociados.
Alivio de la Migraña
Al comenzar el dolor se debe evitar tomar alcohol, el Estrés y los esfuerzos físicos o intelectuales. Lo conveniente es relajarse en un lugar tranquilo y oscuro, tomar un antiinflamatorio o un triptán de forma precoz (de ser posible en la primera hora del inicio) y procurar dormir. El sueño tiene un efecto beneficioso en la Migraña.
Tratamiento
No se puede actuar sobre la predisposición genética de la persona que padece Migraña pero, en todo caso, se puede prevenir y tratar el dolor si este aparece, consiguiendo así controlarla adecuadamente.
Existen tratamientos preventivos que tratan de disminuir la frecuencia e intensidad de las crisis, cuando éstas son frecuentes o muy severas y prolongadas. Los fármacos más usados son los llamados betabloqueantes (propranolol, nadolol), los antagonistas del calcio (flunarizina), neuromoduladores (topiramato, valproato sódico) y algunos antidepresivos (amitriptilina).
Mención especial merece la llamada Migraña Crónica, en la que el dolor se manifiesta al menos 15 días al mes durante más de 3 meses. Muchos pacientes la sufren a diario y representa un grave problema, tanto por el dolor que ocasiona como por pérdidas de jornadas laborales o en la calidad de vida y ocio. En estos casos, está indicada la Infiltración Pericraneal y Cervical de Toxina Botulínica A.
En las crisis se utilizan fármacos para conseguir aliviar o eliminar el dolor cuando éste comienza. Es importante utilizar el fármaco apropiado según la intensidad del dolor, tomarlo de forma precoz y a dosis eficaces. Los fármacos más usados para el dolor moderado son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), siendo los más útiles el ibuprofeno, naproxeno, dexketoprofeno o diclofenaco, entre otros. En caso de dolor intenso, los fármacos recomendables son los llamados triptanes, más selectivos y eficaces que los anteriores. Cuando el dolor se acompaña de vómitos, es aconsejable suministrar los medicamentos a través de inhaladores o inyectables que aseguren su absorción.
Hay que resaltar la importancia de limitar el uso de analgésicos, antiinflamatorios y triptanes para evitar la llamada Cefalea por abuso de Analgésicos, ya que el excesivo consumo da lugar a una cronificación del dolor y peor respuesta al tratamiento preventivo. En general no se deben usar analgésicos, antiinflamatorios ni triptanes, más de 8-10 días al mes.