La Miopía: Una epidemia visual en crecimiento
La Miopía se caracteriza por la visión borrosa a distancia y una buena visión de cerca. Las personas miopes tienden a sentirse cómodas frente a pantallas y en actividades de visión cercana.
Miopía ¿Qué es?
La Miopía es una de las principales alteraciones en el estado refractivo del ojo, lo que significa que los rayos de luz no se enfocan directamente en la retina. En cambio, se enfocan un poco más hacia adelante, lo que puede deberse a alteraciones en la forma del ojo. Esto provoca dificultades para ver objetos distantes, lo que afecta a la mayoría de las personas con Miopía. Los afectados pueden tener problemas para leer letreros a distancia, ver el pizarrón en el caso de los niños o distinguir objetos lejanos.
Antes, la Miopía era una condición relativamente poco común, afectando solo al 25% de la población, principalmente entre 1970 y 1980. Sin embargo, en los últimos años, estas cifras han aumentado drásticamente, llegando a afectar hasta el 50% de la población, particularmente en países asiáticos como Japón, China y Corea, donde afecta al 90% de la población. Se prevé que, en unos años, países como México también puedan alcanzar estas cifras preocupantes.
La causa de esta epidemia de Miopía, se relaciona con cambios en nuestras costumbres y hábitos visuales, en particular, debido al aumento del tiempo frente a pantallas de dispositivos electrónicos, como teléfonos celulares y televisión, y la disminución de actividades al aire libre. Estos cambios están alterando el desarrollo ocular, contribuyendo al aumento de la Miopía.
¿Qué personas están en riesgo de padecerla?
El ojo experimenta un crecimiento natural desde el nacimiento hasta los 6-7 años, durante el cual podemos detectar la graduación en un niño. Aproximadamente a los 6 años, un niño debería tener una graduación neutra, es decir, sus ojos deberían estar alargándose para que las imágenes se enfoquen adecuadamente en la retina. La detección temprana de alteraciones en el crecimiento ocular es esencial para prever un alto riesgo de Miopía.
La Miopía tiende a manifestarse en aquellos cuyos padres también la tienen. Si uno de los padres tiene miopía, existe un 70% de probabilidad de heredarla, y si ambos padres tienen algún defecto refractivo, la probabilidad se eleva al 90%. Además, los nacimientos prematuros aumentan la probabilidad de desarrollar Miopía, al igual que la realización de actividades visuales cercanas en exceso, como el uso de computadoras, televisión y videojuegos.
¿Cuáles son los síntomas?
La Miopía se caracteriza por la visión borrosa a distancia y una buena visión de cerca. Las personas miopes tienden a sentirse cómodas frente a pantallas y en actividades de visión cercana, ya que no tienen problemas en esta área. Sin embargo, tienen dificultades para ver objetos lejanos, lo que a menudo se evidencia cuando los niños no pueden copiar correctamente desde el pizarrón o leer letreros a distancia.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento de la Miopía en niños y adolescentes difiere del de los adultos, ya que el ojo continúa creciendo en los primeros. Las Cirugías Láser se realizan cuando el ojo ha dejado de crecer. Para controlar, reducir o prevenir la Miopía en niños y adolescentes, se utilizan tratamientos como gotas de atropina, lentes de contacto y lentes graduados especiales, que incluyen el desenfoque periférico. Estos tratamientos, combinados con una gestión adecuada del tiempo de pantalla y una mayor exposición a la luz solar, son efectivos.
¿Cómo se puede prevenir?
Prevenir la Miopía implica equilibrar nuestras actividades. Se recomienda que todos los niños, adolescentes y adultos pasen al menos 2 horas al día al aire libre para favorecer la visión a distancia. Para los padres, fomentar actividades al aire libre, como jugar en el parque y participar en deportes, puede ayudar a estabilizar la graduación y prevenir la miopía.
¿A quién debo acudir?
Si sospechas que tu hijo tiene Miopía, es crucial que se someta a una evaluación oftalmológica completa con un especialista, preferiblemente un Retinólogo Pediatra u Oftalmólogo Pediatra.
Esto permitirá determinar la graduación ocular y cualquier factor de riesgo, además de establecer un programa integral de cuidado ocular que garantice una buena visión y desarrollo. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para prevenir problemas de aprendizaje y controlar o evitar el avance de la Miopía.