La psicoterapia oncológica: cómo disfrutar del día a día
El diagnóstico de un Cáncer siempre es una experiencia negativa, difícil y dura que obliga a quien lo recibe a enfrentarse de golpe con el potencial final de su vida. Para cada paciente hay un proceso. Una palabra que podría definir este proceso es el “acompañamiento”
El diagnóstico de un Cáncer siempre es una experiencia negativa, difícil y dura que obliga a quien lo recibe a enfrentarse de golpe con el potencial final de su vida. Esta vivencia es el inicio necesario de un proceso de adaptación, que afectará tanto al paciente como a su familia. De este modo, todos deben enfrentar el miedo a la enfermedad, al desconocimiento, al sufrimiento e incluso a la propia muerte para concluir que el día a día de la Enfermedad Oncológica no es sólo lo que la cabeza fantasea. Esto según palabras de la Dra. Nuria Blanco Piñero, psicóloga especialista en psicooncología de Top Doctors España.
Noticia de que un familiar padece Cáncer
En el momento del diagnóstico se deben respetar los tiempos del paciente. Se debe permitir que exprese sus miedos y angustias, pero también se debe estimular la búsqueda de soluciones, el aferramiento al momento actual y a los motivos por los que enfrentar la enfermedad. No podemos pretender que no se dé un sufrimiento emocional de la mano de un diagnóstico así, puesto que supone una ruptura con todas las expectativas vitales de quien lo recibe. Aun así, el objetivo, tanto para el paciente como para el familiar que le acompañe, será que tanto uno como los otros no dejen de vivir y disfrutar, todos los días de sus vidas. Es decir, luchar porque la enfermedad sea un matiz de la etapa vital que enfrenta el paciente pero no el centro de su vida.
Posición recomendable de la familia durante el proceso
Cuando se diagnostica un Cáncer, la enfermedad llega siempre a una familia. El funcionamiento normal de la misma se desestabiliza y también tiene que redefinirse. Una de las herramientas más útiles y eficaces de cara al afrontamiento adecuado de la enfermedad en el seno familiar es la comunicación clara y abierta, en la que no se escondan las emociones y se permita la expresión abierta de estas. Buscando siempre la redefinición del miedo y el sufrimiento y no llegar nunca a coartar al paciente, puesto que esto le llevará a aislarse.
Ayuda de un profesional
En el momento en que se observe que el sufrimiento emocional es tal que bloquea al paciente y le impide no solo enfrentar la enfermedad y sus distintas etapas, sino también continuar desarrollando y disfrutando del resto de aspectos de su vida como la familia, los amigos, entre otras cosas, es cuando se debe recurrir a terapia.
Procesos en la Psicología Oncológica
Para cada paciente hay un proceso. Una palabra que podría definir este proceso es el “acompañamiento”. A modo global, la intervención con el paciente oncológico obliga a abordar muchos aspectos existenciales relacionados con el sentido de la vida: la identidad personal, el miedo al sufrimiento y a la muerte, entre otros. Estas intervenciones más filosóficas, por decirlo de algún modo, se combinan con otras más concretas centradas en la resolución de problemas, en la redefinición de situaciones, etcétera.
Postura del psicólogo para ayudar al paciente
La postura principal es la aceptación incondicional. El psicólogo debe ser capaz de apoyar sin enjuiciar y orientar a la persona siempre hacia la vida, estimulándolo a coexistir y a experimentar con la mayor calidad el día a día, cada momento de su trayectoria vital, incluido el final de la misma.