La Toxina Botulínica, una solución para combatir las Dolencias de la Articulación Temporomandibular
Debido a los movimientos constantes que realiza esta articulación, tanto verticales como laterales, y a su anatomía, más compleja que la de otras articulaciones corporales, se hace más difícil tratar cualquier dolencia o trastorno que pueda surgir en ella o en los músculos que la controlan.
¿Cuáles son los principales síntomas del Trastorno de la Articulación Temporomandibular?
La principal señal de necesidad de diagnóstico es el dolor de la zona, bien a nivel muscular o de la propia ATM, aunque puede extenderse por la cara, mandíbula, cuello, cabeza e incluso producir migrañas.
También pueden aparecer problemas de encaje de mandíbula o apertura limitada de la misma, así como ruidos cuando se producen movimientos de la mandíbula. Otro de los problemas que puede originar, y tras el dolor, es el desgaste que se puede producir en las piezas dentales y la retracción de las encías debido al Bruxismo (movimiento involuntario por el que se aprietan y/o rechinan los dientes, produciendo un desgaste en los mismos) hace aún más importante el tratamiento a través de un profesional.
¿Por qué la Toxina Botulínica es una alternativa eficaz para combatir el problema?
Si bien es cierto que existen varias formas de tratar estas molestias (analgesia, férulas de descarga, ajuste oclusal, cirugía, Toxina Botulínica, ejercicios de relajación a través de fisioterapia, etc.), los profesionales sanitarios siempre aconsejan los tratamientos menos agresivos y que no produzcan cambios permanentes en el organismo. Últimamente, y por todo lo anteriormente indicado, cada vez más pacientes afectados por estas molestias eligen la Toxina Botulínica para solucionar su problema, más allá de los procedimientos que mayoritariamente conocemos para disminuir las arrugas en la cara.
La Toxina Botulínica es un medicamento basado en la bacteria que provoca la intoxicación alimentaria. Si se usa en dosis recomendadas y por profesionales adecuados, hace que se relajen los músculos donde se aplica, afectando únicamente a estos, y ayudando a que disminuya el hábito que produce el Bruxismo. Como resultado, las mejores son notables por lo que respecta a los movimientos de la articulación, pudiendo hablar, comer, bostezar y, en definitiva, realizar con normalidad el resto de movimientos habituales de nuestra vida diaria.
Cuando el paciente detecta los síntomas explicados anteriormente y decide combatir su dolencia mediante Toxina Botulínica, es necesario una primera consulta con el profesional. En este primer encuentro con el Especialista, se estudia y se valora la historia clínica y se realiza el tratamiento en distintas dosis y sesiones, según el estado particular de cada paciente, pudiendo notar los efectos de mejoría desde el día siguiente a su aplicación.