La Vesícula Biliar
El problema más frecuente de la Vesícula Biliar es la llamada Colelitiasis (Piedras en la Vesícula). Esta dolencia es de origen multifactorial
Se puede decir que la Vesícula Biliar es un pequeño saco situado bajo el hígado, adherido al mismo y comunicado con la vía biliar principal (conducto que lleva la bilis producida en el hígado hasta el intestino que facilita la digestión de los alimentos). Su función fundamental es almacenar bilis y liberarla al intestino (duodeno) en el momento apropiado tras la ingestión de alimentos.
Padecimientos de la Vesícula Biliar
Como cualquier órgano de nuestro cuerpo, la Vesícula Biliar puede sufrir problemas de funcionamiento (Disquinesia), de formación (ausencia, tabiques…), de contenido (piedras en la vesícula o Litiasis, Pólipos Vesiculares…) o de alteraciones en su pared (Tumores…).
El problema más frecuente de la Vesícula Biliar es la llamada Colelitiasis (Piedras en la Vesícula). Esta dolencia es de origen multifactorial: raza, edad, clima, sexo, dieta… y su traducción clínica son los Cólicos Biliares, llegando a presentar a veces cuadros clínicos urgentes por complicaciones. Algunos de los principales síntomas son: la Colecistitis aguda o infección de la misma, la Pancreatitis o Inflamación del Páncreas, ambas entidades deben ser consideradas graves inicialmente.
Extracción Laparoscópica de la Vesícula Biliar
Cuando la Vesícula Biliar produce molestias o ya se ha manifestado con alguna de las complicaciones dichas anteriormente, su tratamiento es la extirpación quirúrgica. Actualmente, salvo en circunstancias especiales, esta operación se realiza por abordaje laparoscópico, es decir, sin abrir el abdomen, y sólo practicando tres o cuatro pequeñas incisiones de 0.5 a 1.5cm. La técnica de extirpación es la misma que cuando se abre el abdomen (por eso se habla de abordaje diferente), pero con instrumental adaptado para esta vía. Este método permite: la reintroducción precoz de la alimentación oral, mayor confort del paciente, menor índice de complicaciones de las heridas, la reducción del tiempo necesario de hospitalización y permite reanudar una vida normal de forma casi inmediata. Por todas estas ventajas, se considera actualmente el abordaje de elección.