Las Mamas Tubulares tienen como única solución la cirugía; el resultado vale la pena
Las Mamas Tubulares, tuberosas o caprinas es una malformación congénita de la mama que se pone de manifiesto en la adolescencia durante el crecimiento de éstas
Se trata de un tejido fibrótico, en forma de anillo en la base de la mama, desarrollando un aro constrictor y estrangulando el crecimiento de la mama, dando estas formas anómalas de la mama tubular.
¿Es fácil diagnosticarlo?
Con profesionales expertos es muy fácil, pero las pacientes a veces ni siquiera saben que lo tienen. Actualmente, con la facilidad de internet, casi un 30% acuden autodiagnosticadas, diciendo que creen que tienen unas Mamas Tubulares. Otro 30% lo desconoce, pero acuden diciendo que tienen unas mamas raras o muy feas y no saben realmente que se trata de una malformación congénita. El resto desconoce totalmente la malformación y sólo consultan por un aumento mamario.
¿Todas las Mamas Tubulares son iguales?
Existen tres grados. Un primer grado en el que se aprecia un defecto, sobre todo en el cuadrante inferior e interno: suelen ser mamas caídas, separadas, grandes y la areola mira hacia abajo y adentro. Es la más frecuente y la constricción de la mama no es completa. En el segundo grado, ya ocupa los dos cuadrantes inferiores de la mama, están más deformadas: las areolas suelen ser muy grandes y adquieren un aspecto tubular o en forma de “tubo”, el surco mamario está muy alto. En el tercer grado, el anillo constrictor es completo y la mama suele ser hipoplásica, pequeña y no se puede desarrollar. Es frecuente la asociación de asimetrías mamarias.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado?
La única solución es quirúrgica. Dependiendo del grado, de la forma y del tipo de piel se planteará una técnica u otra. Básicamente lo más importante es descomprimir el tejido fibrótico, abrir esa mama constreñida, restablecer la forma cónica normal y posteriormente plantear generalmente Aumento de Mama con Prótesis. En los casos con Ptosis Mamaria se realizará una pexia y, si hay alteración de la areola, se remodelará.
¿Es complicada esta intervención?
No es complicada, pero sí compleja y requiere de una cierta experiencia, porque es una malformación rebelde, y, en manos inexpertas, pueden potenciar el efecto tubular. Se han de valorar muchos puntos antes de una intervención: el tipo de piel, tamaño de la areola, constricción del tejido subareolar y del tejido mamario, altura del surco mamario, grado de herniación, grado de ptosis mamaria, separación de las mamas, asimetría, etc.
¿Compensa someterse a la intervención?
Es una de las intervenciones más agradecidas. Son malformaciones que no se solucionan solas y generalmente con los años el defecto es más pronunciado. Es importante informar a la paciente del tipo de problema, de la complejidad y de las posibles soluciones para que las expectativas sean lo más realistas posibles. Es importante un diagnóstico correcto para garantizar un tratamiento con éxito. Las mujeres que crean tener una mama rara deben acudir a cirujanos plásticos expertos en este tipo de cirugías para asegurar el mejor resultado posible. Por último, incidir en la repercusión personal, social o sexual que puede acarrear este tipo de problemas y transmitir que, con un diagnóstico correcto, un tratamiento adecuado y un equipo quirúrgico preparado se pueden conseguir resultados excelentes.