Las técnicas quirúrgicas más usadas para combatir la Obesidad
La Cirugía de la Obesidad es la mejor y única opción terapéutica que consigue pérdidas de peso y mejoría de las comorbilidades de los pacientes Obesos Mórbidos
La Cirugía de la Obesidad es la mejor y única opción terapéutica que consigue pérdidas de peso y mejoría de las comorbilidades de los pacientes Obesos Mórbidos. Con la introducción de la cirugía mínimamente invasiva, han mejorado los resultados postquirúrgicos y, por consiguiente, la satisfacción y el grado de aceptación en la población.
Las técnicas más aceptadas, con sus variantes, son el Bypass Gástrico, la Banda Gástrica ajustable, la Gastroplastia Vertical tipo Masson y la Derivación Biliopancreática. Cualquier técnica debe ser reversible y reproducible y proporcionar a largo plazo (5 años) buena calidad de vida y una pérdida de peso del 50% del sobrepeso en el 70% de los pacientes intervenidos.
El éxito del Bypass Gástrico depende del cirujano, ya que consiste en crear un reservorio gástrico de pequeño volumen para fomentar la restricción y la saciedad precoz. Como procedimiento complejo, puede tener complicaciones graves como la hemorragia postoperatoria y la fístula digestiva. La mortalidad total es de un 1 o 2% y la pérdida de peso es muy importante, se alcanza un 70 y 80% del sobrepeso en tan sólo 9 meses. El Bypass está indicado en cualquier tipo de obesidad y proporciona muy buenos resultados en pacientes comedores de dulces por el efecto dumping que la técnica induce.
La Banda Gástrica ajustable es un procedimiento restrictivo poco frecuente en ciertos países, pero es la cirugía número uno en Europa Central, Australia y América del Sur. A diferencia del Bypass, es una técnica sencilla, que consiste en colocar una banda hinchable subcardial para crear un reservorio gástrico virtual. La incidencia de complicaciones inmediatas graves es baja, con una mortalidad del 0,1%. Con esta banda, la pérdida de peso es lenta porque depende de la modificación paulatina de los hábitos alimentarios del paciente, pero puede superar un 50 o 60% del exceso de peso a largo plazo.
Es la técnica menos invasiva y probablemente debería ser el tratamiento de elección para los pacientes jóvenes que estén dispuestos a modificar sus hábitos sin alterar el tracto digestivo. La banda funciona mejor en los pacientes con un IMC bajo que en los superobesos y controla mal a los diabéticos.
La Derivación Biliopancreática es una técnica hipoabsortiva que implica un 15 o 20% de las cirugías que se realizan. Reduce drásticamente la capacidad de absorción intestinal y es el procedimiento que ofrece mejor calidad de vida, ya que el paciente come una dieta libre hiperproteínica. La pérdida de peso a largo plazo alcanza un 80 o 90% del sobrepeso, aunque el síndrome de mala absorción predispone a déficits nutricionales graves de proteínas, minerales y vitaminas liposolubles.
La Gastroplastia Tubular funciona como una técnica restrictiva pura porque crea un tubo gástrico desde cardias hasta píloro de menos de 2 cm de diámetro. Está indicado como primer gesto quirúrgico en los pacientes con super Obesidad (IMC > 60) o con importantes factores de riesgo para que, después de perder peso y corregir las comorbilidades, se programe un procedimiento derivativo, ya sea un cruce duodenal o un Bypass. La pérdida de peso a los 2 años tras el tubular gástrico es de un 50 o 60% del sobrepeso. Debe valorarse cuidadosamente antes de ofrecerlo a un paciente obeso mórbido porque tampoco es un procedimiento sencillo ni está exento de complicaciones graves como las fístulas subcardiales.
Los retos inmediatos a los que los cirujanos se enfrentan son la Cirugía de la Obesidad en los mayores de 65 años y, sobre todo, en los adolescentes con Obesidad extrema. Cada vez es más importante la organización de equipos expertos formados por cirujanos, anestesistas, endocrinos y especialistas en nutrición y trastornos de la alimentación para estudiar y seleccionar a los pacientes y ofrecerles individualmente el tratamiento menos agresivo y más seguro.
La Obesidad es una enfermedad crónica incurable, que la cirugía es sólo una herramienta para el paciente y que el éxito final dependerá del buen uso que haga de ella.