Lesión de Menisco
Los meniscos son estructuras que se encuentran entre el Fémur y la Tibia dentro de la articulación de la rodilla.
Tiene una composición en forma de almohadillas, que permiten distribuir las cargas y aumentar la superficie de contacto entre estos dos huesos, permitiendo el movimiento de la rodilla.
Existen 2 meniscos, uno lateral o externo y uno medial o interno, cada uno con diferencias anatómicas que le permiten tener movilidad y ser propensos a lesiones. Si un menisco llegase a faltar o a romperse, la carga entre los huesos puede aumentar hasta un 200%, llevando a otras patologías como el desgaste articular o artrosis de rodilla.
Las roturas de meniscos, son de las lesiones más comunes en ortopedia, pueden ser resultado de un giro con la rodilla fija en una posición, o por traumatismo que causen un movimiento inadecuado de la rodilla. No necesariamente se presentan en pacientes deportistas, pero es más común en personas que practican deportes de contacto o pivoteo.
Los síntomas más comunes en una ruptura de menisco son:
· Hinchazón o rigidez
· Dolor, ardor
· Sensación de bloqueo o cuerpo extraño
· Dificultad para extender, flexionar o caminar
· Dolor al girar la rodilla
· Molestia como pinzamiento dentro de la rodilla
Por lo general el tratamiento conservador con reposo, hielo, medicamentos y rehabilitación puede resolver los síntomas, cuando la lesión es leve y el nivel de actividad es moderado. Para hacer un diagnóstico preciso es necesario, además de la exploración física, realizar un estudio de imagen llamado resonancia magnética.
Cuando el tratamiento conservador falla, la mejor opción es realizar una cirugía de mínima invasión por artroscopia. La finalidad de realizarla, es poder salvar el menisco por medio de la utilización de suturas especiales para devolver el soporte y disminuir la carga sobre el hueso.
Esta cirugía lleva una recuperación rápida, sin dolor y nos puede llevar a regresar al deporte de manera competitiva y recuperar nuestra calidad de vida.