Lesión de meniscos: una lesión mínima que puede desencadenar en daños articulares severos
Un traumatismo de baja o moderada energía sobre la rodilla puede provocar una lesión de meniscos, comprometiendo la función de carga y estabilidad en la rodilla. ¡Conoce cómo evitar este daño!
Los meniscos y su estructura
La rodilla cuenta con un par de meniscos dentro de ella, uno medial o interno y uno lateral o externo, los meniscos son estructuras formadas por fibrocartílago, similar al cartílago articular, pero con mayor dureza que le confiere mayor resistencia a la carga y movimiento. La función principal de los meniscos es distribuir y administrar la fuerza de la carga de nuestro peso corporal del fémur sobre la tibia; con la misma importancia son estabilizadores que ayudan a coaptar la esfericidad del fémur con la planicie de la tibia, dentro de la articulación de la rodilla. Al igual que el cartílago y los ligamentos, los meniscos son estructuras avasculares que carecen de suministro sanguíneo tradicional, por lo que el sistema de auto reparación orgánico en estas estructuras es deficiente y en la mayoría de los casos infructuoso.
¿Qué los puede dañar?
Un traumatismo de baja o moderada energía sobre la rodilla pueden provocar lesión de meniscos, una torción al caer trotando o un impacto sobre la rodilla que provoque una flexión en rotación, incluso un traumatismo directo con la rodilla en flexión causando una desaceleración súbita articular puede producir una lesión meniscal. Existe la posibilidad que el mecanismo de lesión pase desapercibido y que de manera progresiva provoque sintomatología sin poder identificar en qué momento ocurrió el accidente o traumatismo.
Hay tres signos frecuentes que acompañan a la lesión de meniscos, que no son exclusivos de esta lesión, pero si se presentan de manera conjunta sugieren una lesión meniscal:
1. Aumento de volumen articular (rodilla hinchada)
2. Sensación de inestabilidad al apoyar la rodilla (pérdida súbita de la fuerza en rodilla)
3. Bloqueo articular (limitación para flexionar o extender la rodilla)
La crepitación o tronido de las rodillas puede estar o no presente. De manera frecuente la limitación funcional que el paciente percibe puede mejorar y con un nuevo movimiento leve o moderado se reactiva la sintomatología, esta intermitencia del cuadro doloroso es relativamente característica de la lesión de meniscos.
¿Qué riesgo existe al no tratarlos a tiempo?
Cuando una lesión de menisco compromete la función de carga y estabilidad en la rodilla, con el paso del tiempo provoca que la salud articular y del cartílago esté perdiéndose, lesiones que iniciaron pequeñas y fáciles de reparar, pueden evolucionar a lesiones masivas con daños articulares irreparables que condicionan una gonartrosis o desgaste de rodilla.