Lesión del Manguito Rotador: Todo lo que necesitas saber
El manguito rotador es un grupo de músculos y tendones que rodean y estabilizan la articulación del hombro.
Estos cuatro músculos desempeñan un papel crucial en mantener la cabeza del húmero firme y estable en la cavidad del hombro, brindando estabilidad y facilitando el movimiento en todas las direcciones.
¿Cómo ocurren las lesiones del manguito rotador?
Existen dos formas principales de lesiones en el manguito rotador. La lesión más común se produce por traumatismos, como jalar con fuerza o quedar colgados, lo que puede estirar y dañar los tendones del manguito rotador.
La segunda forma ocurre por movimientos repetitivos de abducción o al abrir y elevar el hombro, donde hay un choque entre el acromion y los tendones, lo que puede crear una lesión crónica o incluso una rotura completa de los ligamentos del manguito rotador.
Gravedad y tratamiento de las lesiones del manguito rotador
La gravedad y el tipo de lesión del manguito rotador determinarán el pronóstico y el tratamiento adecuado. Por lo general, las lesiones agudas tienen un pronóstico favorable y se pueden reparar con éxito.
Sin embargo, en casos de lesiones crónicas o secundarias al pinzamiento del acromion, los tendones y ligamentos pueden deteriorarse y perder sustancia, lo que dificulta su reparación y la recuperación completa.
Síntomas de una lesión del manguito rotador
Los síntomas de una lesión del manguito rotador varían según la gravedad de la lesión. En las lesiones agudas, el dolor es intenso y puede causar inmovilización del hombro, dificultando la abducción y elevación.
En las lesiones parciales o causadas por el pinzamiento, el dolor tiende a mejorar y empeorar, y suele manifestarse durante la noche.
Diagnóstico y opciones de tratamiento
El diagnóstico de una lesión del manguito rotador se basa en la exploración clínica y se confirma mediante ultrasonido o resonancia magnética en casos crónicos o más complejos.
El tratamiento de una lesión del manguito rotador puede incluir opciones conservadoras o quirúrgicas. En lesiones agudas, el enfoque conservador, que implica descanso, terapia física y medicamentos, puede ser suficiente para una recuperación exitosa. En casos crónicos o con roturas completas, la cirugía es a menudo necesaria.
La reparación quirúrgica implica suturar y reparar los tendones dañados, así como abordar el pinzamiento subacromial si está presente. En algunos casos, puede ser necesario realizar una cromioplastia para aumentar el espacio y evitar el daño continuo al tendón.
La elección de la técnica quirúrgica, ya sea artroscopia de hombro o cirugía abierta, dependerá de la gravedad de la lesión y la preferencia del ortopedista. La artroscopia de hombro es una técnica mínimamente invasiva que permite acceder y reparar los tendones.