Linfedema o acumulación de líquidos
El Linfedema es una acumulación de líquido rico en proteínas en el espacio extravascular que puede provocar dolor en la persona afectada, pesadez y aumento de volumen de la parte afectada
El Linfedema es una acumulación de líquido rico en proteínas en el espacio extravascular que puede provocar dolor en la persona afectada, causa pesadez, aumento de volumen de la parte afectada, limitación en los movimientos e incluso dolor, escozor y malestar. El ritmo de su progresión varía mucho, puesto que podemos encontrarnos en casos frenéticos y en otros muy lentos; es por eso que todos los casos de linfedema son un mundo y presentan características bien diferentes.
Causas
La causa más frecuente de esta acumulación de líquidos son los Tratamientos Oncológicos, aunque también puede ser congénito y desarrollarse a distintas edades sin una causa aparente. Otra de las causas principales del desarrollo del Linfedema es la Filariasis, un grupo de Enfermedades Parasitarias.
Síntomas del Linfedema
En los estadios más tempranos, los síntomas más frecuentes son la pesadez y el aumento leve de volumen, que regresa con el reposo y elevación de la extremidad. Con el tiempo, ese aumento de volumen de la extremidad puede aparecer y afectar incluso la cara y el cuero cabelludo o los genitales, donde se hace permanente. Es progresivo; sus efectos mejoran en invierno con el frio y empeoran en verano con el calor.
En el principio de la enfermedad el Linfedema es blando, pero con el tiempo se vuelve fibroso y duro. Puede llegar a extremos en los que imposibilite que el paciente se valga por sí mismo. En este último grado, se denomina Elefantiasis.
Tratamiento del Linfedema
En el tratamiento quirúrgico del Linfedema, encontramos la aplicación de dos técnicas: Anastomosis Linfático Venulares, en la que se hace un Bypass linfo-venoso en la propia extremidad. Por otro lado, en el Trasplante Gangionar se transfieren ganglios linfáticos desde la zona inguinal, axilar o cervical a la extremidad afecta.
Su aparición no se puede prevenir, pero sí controlar su progresión. Esto se consigue mediante el tratamiento quirúrgico o mediante los tratamientos conservadores clásicos.