Litiasis urinaria: la importancia de atenderse a tiempo (Parte 2)
La atención de la litiasis urinaria con técnicas invasión mínima tiene otras ventajas como el hecho de que el paciente regresa pronto a su casa después del tratamiento: sin heridas, con molestias mínimas y, sobre todo, con la resolución completa de la enfermedad.
Diferencias entre los tratamientos disponibles
Si un paciente llega con una piedra en un riñón y se le hace una intervención quirúrgica tradicional, va a tener mucho dolor, va a durar mucho tiempo encamado, va a tardar en recuperarse en casa y va a perder mucho tiempo y dinero en retomar sus actividades normales.
Por otro lado, si a un paciente con este mismo padecimiento, en lugar de realizarle una intervención quirúrgica tradicional, se le rompe la piedra con un láser, en 24 horas puede estar en casa y en 72 o 96 horas regresar a su trabajo. Todas estas ventajas de la alta especialidad están aunadas a que el riesgo quirúrgico de mínima invasión es mucho menor que la cirugía tradicional.
Lo más importante es cuidar los riñones
Si un paciente tiene una piedra en el tracto urinario y no la trata a tiempo, debido a que nunca se le manifestaron dolores o síntomas, es posible que tenga complicaciones más graves como una infección.
Si la infección se complica, al paciente se le puede formar un absceso secundario a la piedra e, incluso, perder un riñón. En otras ocasiones, estas piedras obstruyen la salida de orina que se produce en los riñones provocando que, con el paso de las semanas, un riñón deje de funcionar.
Si un riñón deja de funcionar, y es uno de los órganos que no se puede recuperar, la enfermedad termina, habitualmente, en la extirpación de uno de los riñones. Por ello, la recomendación es que, si el paciente ya tiene el diagnóstico de una piedra en sus riñones, acuda con el especialista y se someta a un tratamiento de mínima invasión.
Con ello se atenderá de manera oportuna el problema y no se expondrá a riesgos mayores como la pérdida de un riñón.