Lo nuevo en tratamientos para la enfermedad de Alzheimer

Lo nuevo en tratamientos para la enfermedad de Alzheimer

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors Sources: Top Doctors CO
Editado por: el 10/10/2023

A últimas fechas, los expertos buscan desarrollar tratamientos para el Alzheimer que puedan detener o retrasar su progresión, ¿habrá alguna buena noticia en el horizonte?

 

Aunque hay muchos tratamientos nuevos, algunos de estos tardan un poco en ver la luz para dar esperanza a todos aquellos pacientes que sufren con esta enfermedad. Es bien sabido que muchos procedimientos sólo mejoran de manera temporal los síntomas que tienen que ver con la pérdida de memoria y aquellos problemas relacionados con el pensamiento y el razonamiento.

 

Dichos tratamientos pueden aumentar el rendimiento de las sustancias químicas en el cerebro para transportar la información de una célula cerebral a otra, pero estos tratamientos suelen no detener el deterioro natural y la muerte de las células cerebrales. Por lo que, en la medida en que mueran las células, el Alzheimer irá progresando a pasos agigantados. Sin embargo, ahora se pueden incluir ciertos medicamentos que actúan de manera muy similar a aquellos tratamientos para el VIH o para ciertos tipos de cáncer que incluyen más de uno, una especie de cóctel que es más eficaz.

 

 

NUEVOS TRATAMIENTOS EN EL HORIZONTE

 

Actualmente existen procedimientos en desarrollo que están especialmente dirigidos a las congregaciones de la proteína beta amiloide (placas), ya que estas son características de la enfermedad. Para esto se necesitan ciertas estrategias que sean enfocadas en esa proteína:

 

  • Hacer un cerco al sistema inmunitario. Algunos medicamentos, como los anticuerpos monoclonales, pueden evitar que la beta amiloide se acumule en placas o, bien, contribuye a que se elimine del cerebro. La función primordial de esos anticuerpos monoclonales es imitar a los anticuerpos naturales que se producen como respuesta del sistema inmunitario a mecanismos externos
  • Evitar la destrucción. Hace algunos años un grupo de investigadores descubrieron otra proteína llamada Fyn que interactúa de manera estrecha con la beta amiloide y al combinarse la Fyn provoca una destrucción masiva de las conexiones celulares (sinapsis), por lo que están en desarrollo nuevos fármacos que permitan inhibir esta proteína.
  • Se ha hablado también de un componente que se desarrolló para tratar el cáncer como otro de los aliados contra el Alzheimer, hablamos del saracatinib, que en pruebas de laboratorio fue capaz de neutralizar la Fyn, haciendo que las sinapsis funcionaran nuevamente; pequeños ratones de laboratorio presentaron una reversión parcial de la pérdida de memoria, aunque por el momento las pruebas en humanos van empezando
  • Fármacos experimentales. Estos tienen por objetivo bloquear la actividad de las enzimas. Son una especie de inhibidores de la beta y gamma secretasa.
  • Poner atención a la proteína tau. Se colapsa el sistema de transporte vital de las células cerebrales cuando esta proteína forma una serie de laberintos, una anomalía cerebral bastante frecuente en el Alzheimer, de ahí que se le deba poner especial atención. 

 

OTROS FÁRMACOS QUE PUEDEN AYUDAR

 

Como el Alzheimer causa inflamación crónica, los investigadores siguen estudiando la forma de tratar los procesos inflamatorios que también se presentan. Por citar un ejemplo: el sargramostim actualmente está en investigación, ya que puede estimular el sistema inmunitario proteger al cerebro de más proteínas potencialmente dañinas. En este mismo sentido, también se estudió el medicamento para la diabetes pioglitazona porque se creyó que disminuía la beta‑amiloide y la inflamación en el cerebro, sin embargo, los resultados no fueron concluyentes, incluso se obtuvo un resultado negativo.

 

También se ha recurrido a la investigación de los efectos de la insulina en el cerebro, así como en el funcionamiento de las células cerebrales. Todos estos cambios están ligados con el Alzheimer. Pero, al igual que en el caso de la pioglitazona no se ha podido determinar si es posible retrasar la progresión de la enfermedad. Por el mismo camino se sugiere que la salud cerebral está directamente relacionada con la salud coronaria, que incluye corazón, venas, arterias y vasos sanguíneos. Se ha estudiado que muchas afecciones que dañan al corazón o las arterias (como presión arterial alta, apoplejía o colesterol alto), pueden aumentar el riesgo de desarrollar Alzheimer.

 

Bajo este panorama los investigadores centran sus esfuerzos en los fármacos actuales para el riesgo de cardiopatías, es decir, estudian la acción de estos para ver en qué medida pueden ayudar a las personas con Alzheimer o si es posible reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos esfuerzos se centran principalmente en aquellos fármacos para el control de la presión arterial. De igual manera se está investigando a nivel molecular la conexión entre enfermedad cardiaca y el Alzheimer, pero han concluido que el estilo de vida juega un papel muy importante: alejarse del sedentarismo, consumir una dieta saludable y tener buenos hábitos de sueño sanos, pueden prevenir o retrasar la aparición del padecimiento. 

 

¿QUÉ MÁS SE PUEDE HACER?

 

Las hormonas son punto y aparte. Principalmente cuando se habla de recibir una terapia hormonal basada en estrógenos por al menos un año durante el periodo en el que se haya presentado una menopausia precoz, ya que se vio que puede proteger el razonamiento y la memoria en mujeres con un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Aunque no se debe cantar victoria de manera apresurada, ya que otros estudios se muestran contradictorios respecto al posible beneficio del estrógeno. Es por ello que los investigadores coinciden que es necesario seguir estudiando la relación entre el estrógeno y la función cognitiva en todas aquellas mujeres que sumen factores de riesgo (además de la menopausia temprana) para determinar con precisión su función.

 

Lo idóneo sería acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos, pero esto es un proceso un tanto lento y muy minucioso, lo que deriva en frustración entre las personas que padecen Alzheimer, así como en sus familias. Sin embargo, la buena noticia es que la Coalition Against Major Diseases (CAMD), una alianza de farmacéuticas y fundaciones sin fines de lucro, ha formado una asociación para compartir datos de los diferentes ensayos clínicos sobre el Alzheimer para acelerar el proceso de desarrollo de nuevos fármacos. La CAMD también colabora con el Clinical Data Interchange Standards Consortium (CDISC) dedicado a crear estándares de datos. Bajo esta alianza, los investigadores son optimistas ante el panorama de que gracias a los estándares de datos y la información de más de 6,500 participantes del estudio podrán apresurar el desarrollo de terapias mucho más efectivas para combatir y hasta erradicar el Alzheimer.

 

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