Malabsorción de la Fructosa
En el momento que se da un proceso en la metabolización es cuando aparece la Intolerancia a la fructosa
La fructosa es un azúcar simple que se encuentra en las frutas y que se ingiere en forma de sacarosa. La fructosa es absorbida por las células intestinales.
A diferencia de la Intolerancia Hereditaria de la fructosa, en el caso de la malabsorción de la fructosa, las células intestinales no son capaces de absorber de manera total o parcial la fructosa. Como resultado aparecen una serie de síntomas gastrointestinales, los más frecuentes son diarreas, dolor abdominal y nauseas. En función del nivel de gravedad de estos síntomas el tratamiento dietético será diferente.
Restricciones alimentarias
Los pacientes que padecen malabsorción deben seguir una estricta dieta basada en la restricción de la fructosa y, de nuevo, el grado de restricción variará en función de si la malabsorción es parcial o total.
En el caso de que la intolerancia sea total, la dieta deberá ser muy limitada. De hecho, el paciente no podrá ingerir ningún alimento que contenga fructosa o sacarosa. La dieta más adecuada sería a la de una persona que sufre Intolerancia Hereditaria a la fructosa.
En cambio, en el caso de que la intolerancia sea parcial, que es lo más frecuente, la persona podrá consumir determinados alimentos que, por su bajo contenido en fructosa, no son perjudiciales para su organismo. De la misma manera, también se autoriza a consumir de forma moderada ciertos alimentos con un elevado contenido en fructosa.
Suplementos vitamínicos
En cualquiera de los dos casos, la alimentación recomendada tiene un lado negativo, y es la deficiencia en Vitamina C. Para contrarrestarlo, se recomienda tomar suplementos de este nutriente. Lo mismo ocurre en el caso del Ácido Fólico, ya que aumenta la actividad de las enzimas glicolíticas, y entre ellas, la fructosa-1-fosfato-aldolasa, lo que permitirá poder consumir una ligera cantidad extra de fructosa sin padecer las consecuencias que antes se comentaban.